E.C.

La inflación riojana escapa de los dos puntos, pero la subyacente se dispara hasta el 4,7%

Abril confirma que el encarecimiento de la energía y de los alimentos no elaborados se ha contagiado al resto de la cesta de la compra

Viernes, 13 de mayo 2022, 09:26

Un indicador, dos noticias. La positiva: la inflación se alejó en La Rioja de una interanual de dos puntos (10,6% en marzo) durante el pasado mes, hasta situarse en el 8,8%, gracias a que, de forma general, los precios solo subieron en abril ... una décima. La negativa: la inflación subyacente, esto es, la que mide la evolución del IPC descontando los alimentos no elaborados y la energía, escaló hasta el 4,7%, su mayor tasa en los últimos doces meses. Una evolución preocupante porque denota que la escalada alcista que acumulan estos dos productos tan volátiles ya ha contagiado al resto de la cesta de la compra de los riojanos.

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Es una situación similar a la que registrada en el conjunto del país. La inflación interanual conjuró la amenaza del 10% y, tras un descenso mensual de dos décimas, bajó del 9,8% en marzo al 8,3% en abril (la rebaja más pronunciada que se produce en un sólo mes desde 1987), mejorando incluso el dato avanzado hace escasos días.Sin embargo, la subyacente se disparó hasta el 4,4% interanual, la tasa más alta desde diciembre de 1995, acelerándose un punto respecto al mes anterior.

Deteniendo el análisis en La Rioja, la evolución de abril es fruto de una moderación de los precios de la luz y del gas (pendiente aún de la rebaja excepcional al alimón con Portugal), cuyo ritmo de encarecimiento retrocedió del 39,1% de marzo al 23,4%, así como de los combustibles (ya en vigor el descuento de 20 céntimos en el precio del litro), que cerraron con un incremento del 11,8% frente al 18,5% anotado en marzo.

Sin embargo, uno de los bienes más inflacionistas en la región fue el de los alimentos y las bebidas no alcohólicas. De hecho, la velocidad de aumento de sus precios casi se duplicó saltando del 5,7% al 9,2% el pasado mes.

El problema es que prácticamente todos los productos que componen la cesta de la compra se elaboran con energía y alimentos, y las escaladas alcistas acumuladas en el último año han terminado por trasladarse al resto de epígrafes desagregados por Estadística. Así se explican los incrementos registrados por los precios de los restaurantes y hoteles (6,5%), el vestido y el calzado (5,2%), los muebles y los artículos y servicios de mantenimiento del hogar (4,3%) y el capítulo de 'otros bienes y servicios', entre los que se encuentran las peluquerías y los gimnasios, que en conjunto encarecieron sus precios el 3,5%. Únicamente dos productos se han abaratado en la comunidad en el último año: la enseñanza (descenso del 3,6%) y las comunicaciones (-0,1%).

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