A las escenas inéditas que sigue deparando la actual legislatura se suma la petición de Rebeca Grajea de continuar como diputada no adscrita tras abandonar el partido. La parlamentaria justifica su decisión para asumir su responsabilidad «hasta el final» y se desmarca del impacto electoral ... que la coyuntura pueda tener en Cs.
-¿Qué ha sucedido para llegar hasta este extremo?
-Hay muchas razones, pero la principal es que he perdido el miedo. Los últimos dos años y medio he sufrido un acoso laboral y psicológico permanente liderado por Diego Ubis y secundado por los otros dos diputados del grupo, que no compañeros. Un hostigamiento continuo que ha tenido el único afán de humillarme y desestabilizarme con, además, un carácter sexista. La consecuencia de todo ello fue la contratación por parte de la Ejecutiva nacional de Yolanda San Juan primero como jefa de gabinete y luego como coordinadora para intentar reconducir una situación de la que también era consciente la dirección regional y que acabó con su despido de manera indigna, en una decisión unilateral de Diego Ubis que no compartí.
«He dado el 150% en un ambiente insostenible y con otros tres diputados que son unos vagos redomados»
-Ubis sostiene que la contratación de San Juan no tiene nada que ver con esa coyuntura.
-Esa es su versión. Quizás es que no han querido decir la verdad desde Madrid. Que Ciudadanos haya asumido la salida de San Juan como despido improcedente lo dice todo.
-Si la situación es como usted la describe, ¿por qué no denunció ese acoso ante la Justicia como hubiera hecho cualquier trabajador?
-Como en una empresa, mi intención fue tratar de solventarlo por los cauces internos. Por eso envié repetidos informes a la dirección nacional con la intención de seguir el protocolo establecido y abrir una investigación. La llegada de San Juan trataba de protegerme y pensaba que iba a superar esa fase de amenazas constantes con abrirme un expediente y laminar mi trabajo. Como se ha visto, no ha sido posible.
-¿Asume alguna parte de responsabilidad propia?
-Ni tengo culpa de nada ni he generado ningún problema. He sido solo una víctima. Me he limitado a creer en un proyecto en el que confiaba y cumplir estrictamente mi trabajo como diputada, siguiendo las normas de la formación y llevando su criterio al Parlamento regional.
-¿Por qué se aferra al acta y no la devuelve como le reclama Cs?
-Porque voy a cumplir con mi responsabilidad hasta el final. Con mis errores y aciertos, cualquiera que haya seguido la actividad parlamentaria puede certificar que me he esforzado al 150% con el único afán de defender a los riojanos y el mandato que me encomendaron en las urnas. Y todo ello, en un ambiente interno insostenible con otros tres diputados que, además de acosarme, son unos vagos redomados.
-Pero usted no fue votada nominalmente, sino como parte de una lista de un partido en auge.
-Lo que debería hacer el partido es tomar decisiones que no se ha atrevido a tomar. La candidatura en la que concurrí era también la de un proyecto que defendía valores como la transparencia, el respeto, la lucha contra la violencia machista y el acoso laboral...
-Nazareth Quijano y Elvira González también tuvieron disputas con el partido por cuestiones muy distintas y dejaron el acta de ediles en el Ayuntamiento logroñés.
-Sus casos no son en absoluto comparables con el mío. Ninguna de ellas ha sufrido el acoso al que a mí me han sometido. Simplemente me acojo a un derecho recogido en el Reglamento de la Cámara para seguir defendiendo a La Rioja y los valores en los que creo, sin ningún afán personal ni mucho menos económico.
-¿Cómo han repercutido esas tensiones internas en las decisiones del Grupo Parlamentario? Se achaca, por ejemplo, que usted fue quien arrastró a Cs a apoyar la polémica ILP de protección animal.
-Sé perfectamente diferenciar mi cargo de mi vida personal y mis principios. Tomás (Martínez Flaño), por ejemplo, es aficionado a los toros y pertenece a una cofradía y quiero creer que eso tampoco condiciona sus decisiones políticas. En la ILP, como en otras iniciativas, me he regido con diligencia siempre según los criterios internos acordados.
-¿Es consciente de que la situación puede hacer mella en las opciones electorales de Cs?
-He dado lo indecible por un proyecto en el que creía y se presentó como el cambio. ¿Dónde está ese cambio? Los riojanos son inteligentes y votarán en conciencia a la vista de qué ha hecho cada partido, no por las decisiones que tome Rebeca Grajea. Las elecciones serán el momento en que Ciudadanos tenga que justificar por qué no se ha concretado la reforma de la Ley Electoral, por qué se ha atascado la actualización del Estatuto de Autonomía que tenían por bandera, por qué no ha salido nada en claro de las comisiones de investigación...
-El clima en el Parlamento de aquí hasta mayo se antoja más que tenso frente a los que han sido sus compañeros de bancada.
-Ya iremos viendo qué pasa. En vista de cómo se han desarrollado los hechos, sólo vivo el presente.
-¿Prevé continuar en el hemiciclo la próxima legislatura?
-Como le digo, me limito al trance actual de liberación hacia la verdad.
-¿Ha tenido alguna propuesta por parte de algún partido más afín?
-Nadie de Vox se ha puesto en contacto conmigo, si se refiere eso.
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