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Salchichas dispuestas para su consumo. CARLO ALLEGRI/REUTERS
Y solo era una salchicha

Y solo era una salchicha

La muerte, este domingo, de un niño de 8 años recuerda el peligro de los atragantamientos | Un simple cambio en la manera de cortar las salchichas para los más pequeños evita la mayoría de los problemas

Pablo Álvarez

Logroño

Lunes, 24 de junio 2019, 20:17

Empecemos por el principio: no, no hay que alarmarse, ni correr a tirar las salchichas que tenemos en casa, ni iniciar una campaña de firmas para prohibir ese alimento del diablo. Las alertas, para lo que son y en su orden.

Dicho lo cual, empecemos ... con lo que estamos. La muerte de un niño de 8 años este fin de semana en las fiestas de San Juan en Telde (Gran Canaria) es el último ejemplo de algo que, desgraciadamente, ocurre. Y ocurre bastante. El pequeño murió tras dar un bocado a un perrito caliente. El trocito de salchicha taponó sus vías respiratorias, y no hubo manera de sacárselo. Los servicios de emergencia estuvieron intentando reanimarle durante unos 45 minutos, pero era tarde. Una tragedia cotidiana, no una de esas que hacen demasiados titulares, pero una de esas que, además, pueden evitarse.

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