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En diez meses, desde que la legislación laboral empezó a contemplar la posibilidad de acogerse a una incapacidad temporal por una menstruación incapacitante, solamente dos riojanas se han acogido a este derecho. Se trata de una cifra mínima, especialmente si es comparada con los estudios ... que estiman que una de cada tres mujeres han sentido la necesidad de ausentarse del trabajo por una regla dolorosa o por los que hablan de que aproximadamente, entre el 10% y el 15% padece endometriosis, una de las patologías asociadas a esta cuestión.
Una modificación en la ley del aborto el pasado año servía para ampliar las medidas relacionadas con la salud durante la menstruación, abriendo la puerta a que las mujeres pudiesen acogerse a una incapacidad temporal por «menstruaciones incapacitantes secundarias o dismenorrea secundaria», es decir, derivadas de patologías previamente diagnosticadas tales como endometriosis, pólipos endometriales o miomas. «Se trata de dar una regulación adecuada a esta situación patológica con el fin de eliminar cualquier tipo de sesgo negativo en el ámbito laboral», dice la ley. En un primer momento se valoró incluir también las dismenorrea primaria, aquellas sin origen patológico conocido, pero finalmente esta opción quedó en el cajón.
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Sergio Martínez
Entre los beneficios de este nuevo derecho laboral está que estas reglas dolorosas dejarían de valorarse como enfermedades comunes, por lo que la afectada pasaría a cobrar la baja desde el primer día sin exigirse periodo mínimo de cotización, además del propio reconocimiento asociado a la enfermedad. España se convertía en el primer país europeo en aprobar este tipo de baja, si bien ya existía en Zambia, Japón, Corea del Sur, Indonesia y Taiwán. Actualmente, Francia sigue los mismos pasos para su legislación.
La novedad normativa, sin embargo, todavía no ha calado de forma significativa entre las trabajadoras, al menos según los primeros datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Entre junio y marzo solamente 1.418 mujeres se han acogido a este derecho a nivel nacional, lo que representa una incapacidad temporal por cada 7.000 trabajadoras, una tasa que se aleja mucho de las estadísticas sobre el alto índice de mujeres que sufre menstruaciones incapacitantes.
En La Rioja han sido dos los casos en estos diez meses de vigencia, la cifra más baja a nivel nacional. En números totales, Madrid es la comunidad que ha registrado un mayor número de casos (326), por delante de Andalucía (245), mientras que la proporción es alta en la vecina Navarra, donde una de cada 736 trabajadoras se han acogido a esta incapacidad temporal, cinco veces más que en nuestra región. En líneas generales, la afección es escasa tanto por los casos como por la duración media de estos procesos, de 3,06 días de media, frente a la media de 34,4 días registrados en las contingencias comunes en 2023.
Desde los sindicatos se alude a la necesidad de una mayor «pedagogía» para dar a conocer este nuevo derecho entre las riojanas, si bien asumen elementos culturales y sociales que impiden la extensión real de estas situaciones especiales de incapacidad temporal. «Partimos de que existe la necesidad de contar con unas patologías diagnosticadas y estas habitualmente cuesta sacarlas a la luz. Las enfermedades femeninas son un poco desconocidas y no se estudian como tal, lo genérico es lo masculino, por eso cuesta encontrar a veces buenos diagnósticos», expone Sonia Sobrón, responsable de Igualdad de CC OO La Rioja.
Por otra parte, José Blanco Ezquerro, secretario de Salud Laboral de UGT La Rioja, subraya que «muchas mujeres siguen acudiendo al trabajo pese a los fuertes dolores», aludiendo además al «deterioro psicológico que puede generar solamente al pensar que tienes que trabajar en esa situación». Blanco añade que «en ciertos ámbitos empresariales, políticos o sociales, que una mujer se coja la baja por la menstruación no está bien visto», y, tras hablar con otras delegaciones de UGT, apunta que las conclusiones son similares en todo el país: «No es muy popular en las empresas y genera estigmas».
José Blanco
UGT La Rioja
Sonia Sobrón
CC OO La Rioja
«Todavía cuesta hablar de la regla, pero debemos normalizarlo y pedir las bajas porque tenemos derecho a ello», señala Sonia Sobrón, que recalca la necesidad de ligar las cuestiones de salud laboral e igualdad: «En los planes de igualdad de las empresas tratamos siempre de incluir el punto de vista femenino en vigilancia de la salud».
En ese sentido, José Blanco explica que «uno de los puntos de interés de la Estrategia de seguridad y salud en el trabajo 2023-27 es la integración de una perspectiva de género, que ayudaría bastante a extender este derecho». Frente a la polvareda que levantó en ciertos ámbitos la ampliación de este derecho laboral, su aplicación todavía es escasa, si bien los sindicatos confían en darlo a conocer y crear conciencia sobre una problemática que afecta a muchas trabajadoras.
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