Javier Ortuño Sierra

Psicólogo y profesor de la UR

«No solo hay que atender a los alumnos con más dificultades, también a los que destacan»

– Cada vez se habla más de salud mental, se dejan atrás ciertos estigmas, ¿de qué manera influye en los niños y adolescentes?

– Existe una mayor concienciación sobre salud mental y el bienestar emocional, tanto en la población adulta como en la infanto-juvenil, y eso es positivo. Muchos casos antes pasaban desapercibidos, no se valoraban, no se atendían... y no por ello no existían, estaban ahí. En ese sentido hemos avanzado. Ahora, el enfoque, incluso desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), es promocionar el estado del bienestar positivo, no atender únicamente a quienes tienen una problemática grave de salud metal sino buscar que todas las personas tengan unos niveles óptimos de bienestar y calidad de vida, incluyendo factores emocionales y psicológicos. Actualmente, además, se vive un aumento de los problemas en la salud mental en la población infanto-juvenil.

– ¿Cuáles son las causas de este aumento?

– Son múltiples, sería un error reducirlas a una, pero pueden incluirse el impacto de la pandemia, el uso sin control de las nuevas tecnologías y las redes sociales, la pérdida del tiempo de calidad en familia, el estrés al que están sometidos muchos niños, la falta de tiempo libre...

– ¿Se ha adaptado el sistema educativo a las necesidades en cuanto a salud mental?

– Queda todavía mucho por hacer: la introducción de psicólogos y terapeutas en centros escolares, trabajar de forma multidisciplinar con las familias, atender en tiempo y forma a los niños que tengan problemáticas, que sea algo accesible a todos, no solo de pago, desarrollar programas de intervención...

– ¿Tienen más problemas relacionados con la salud mental los alumnos con altas capacidades?

– No necesariamente, pero si no se interviene con ellos pueden surgir las complicaciones, la frustración, la ansiedad, el aburrimiento, la falta de adaptación al centro y de relación con sus compañeros, el 'bullying'... En ocasiones pasan desapercibidos y eso acaba generando dificultades, por ello es importante también concienciar a familias y profesores de que las altas capacidades están ahí. Una detección lo más temprana posible es fundamental para poder implementar las medidas necesarias y ofrecerles recursos dentro del propio centro o externos, como puede ser la participación en el programa URTalent o el apoyo de la Asociación Riojana de Niños de Altas Capacidades(Arnac).

– ¿Es también recurrente en ellos el fracaso escolar?

– La mayoría de los niños con altas capacidades tiene un buen rendimiento académico pero, aunque pueda resultar chocante, existen casos de fracaso que dependen más de los aspectos emocionales. Además, puede ser que no quieran destacar, que no reciban los estímulos necesarios, que les falte motivación...

– ¿ Cómo puede afrontarse esto en colegios e institutos?

– Promocionando aspectos de bienestar emocional y reforzando la detección, cuanto antes conozcamos el diagnóstico antes podremos actuar y llevar a cabo las actuaciones necesarias para ofrecerle los estímulos que requiere, programas de enriquecimiento y adaptar su currículo. Asumimos que el niño que no genera problemas está bien, y no necesariamente. No solamente tenemos que atender a los que tienen más dificultades académicas, también a los que destacan. Puede ser un problema que tus compañeros estén aprendiendo a sumar cuando tú ya sabes multiplicar.