El Banco de Alimentos ha reconocido este viernes a las personas y entidades que les han ayudado, gracias a su esfuerzo y colaboración, superar «un año duro», como lo ha calificado su presidente Juan Carlos Fernández Ferraces. Un 2023 durante el que la entidad ha ... repartido 1,3 millones de kilos de alimentos a 10.885 riojanos, lo que supone un incremento en cantidades y en beneficiarios, pero que supone que a cada persona le hayan correspondido 121 kilos de alimentos, es decir, menos. El «estancamiento de donaciones», la «inflación» y los cambios legislativos, que han supuesto una importante variación en la forma de repartir y en la recepción de fondos europeos, han colocado a la institución en «un momento crítico».
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Por eso y a pesar de que la jornada era de alegría y reconocimiento, Fernández Ferraces ha lanzado «un grito de socorro» para no olvidar una situación difícilmente sostenible, con una pobreza cronificada y que cada vez alarga más sus tentáculos. «Nos encontramos con una nueva categoría: los trabajadores pobres. Son personas normalizadas laboralmente pero precarias que están sufriendo problemas para alimentarse», ha explicado el presidente del Banco de Alimentos de La Rioja. «Casi un 6% de los riojanos no pudee comer carne o pescado cada dos días porque no puede permitírselo», ha resumido.
Amigos y Alimentos 2023
Menciones CEIP Avelina Cortázar, CPES La Salle-La Estrella, Asociación de Belenistas de La Rioja, Cofradía de la Flagelación de Jesús, Rotary Club de Logroño, Asociación Motera Correcaminos, Ayuntamiento de Pradejón y Trapería de Klaus
Diplomas Ayuntamiento de Logroño, Bodegas Franco Española, Mazapanes de Soto Segura, Embutidos y Jamones Gerardo Sobrón Martínez, Grupo Virto, Eurochamp, Conservas El Cidacos y Gobierno de La Rioja.
Sellos de Responsabilidad Social Corporativa Carreras Grupo Logístico y Salsa Rica
Voluntario del año Miguel Ángel Virumbrales
Esa es la triste situación de un almacén que presenta numerosas estanterías vacías y en el que faltan «legumbres, leche y aceite». Y que se prepara para la llegada de más solicitantes, puesto que las tarjetas monedero, que sustituyen al FEAD (Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas) y que están pensadas especialmente para familias con hijos y con ingresos inferiores al 40% de la media, dejarán a más de 12.000 riojanos fuera del antiguo sistema.
En esa difícil situación vive un Banco de Alimentos que sigue siendo, en palabras de su presidente «un mecanismo válido, eficaz y competente para luchar contra la desigualdad alimentaria» y que se ha convertido en la despensa necesaria para miles de personas.
Despensa que se llena gracias a la sociedad riojana, instituciones y empresas. Y, sobre todo, gracias a sus cuarenta voluntarios entre los que este viernes ha sido reconocido Miguel Ángel Virumbrales, vinculado desde hace muchos años a la institución. También se ha recordado la labor de las 1.700 personas que se pusieron el chaleco azul durante la 'Gran Recogida' del pasado noviembre y, cómo no, a las empresas generosas que ayudan de manera silenciosa al Banco.
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Era el día para recordar su implicación. Firmas como Carreras Grupo Logístico o Salsa Rica, que han recibido los Sellos de Responsabilidad Social Corporativa. También Bodegas Franco Españolas, Mazapanes de Soto Segura, Embutidos y Jamones Gerardo Sobrón, Grupo Virto, Eurochamp y Conservas El Cidacos, que han recogido un diploma, mientras que las menciones se han repartido al CEIP Avelina Cortázar de Alberite, el CPES La Salle-La Estrella de San Asensio, la Asociación de Belenistas de La Rioja, la Cofradía de la Flagelación de Jesús, el Rotary Club, la Asociación Motera Correcaminos y Trapería de Klaus. Además, también han recibido diferentes reconocimientos los ayuntamientos de Logroño y Pradejón y el Gobierno de La Rioja.
El director general de la Federación Española de Bancos de Alimentos, Francisco Greciano, ha recordado que la pobreza se ha cronificado en un 26,5% de la población española y que casi la mitad de los españoles «declara tener dificultades para llegar a fin de mes». Esas necesidades se suman a la pérdida de 24,5 millones de kilos que provenían del FEAPS y que han obligado a los Bancos de Alimentos a crear el denominado Proyecto Plan B para «agilizar la donación de excedentes» y «redistribuirlos».
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