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ANA TORRECILLAS
LOGROÑO
Jueves, 26 de mayo 2022, 02:00
El pasado 7 de mayo se diagnosticó el primer caso de viruela de mono en Reino Unido. Se trata de un virus procedente de África Central y Occidental perteneciente al grupo de los orthopoxvirus. Tras el británico, los primeros casos se empezaron a diagnosticar ... en el resto de Europa. Especialmente en Portugal y en España. El nuestro es uno de los países con más casos: 59 positivos y ya hay más de 100 casos sospechosos repartidos por 10 comunidades autónomas, especialmente en Madrid. El foco de la infección en esta región se ha identificado en una sauna de la capital, ya clausurada, de ahí que la mayoría de los casos detectados hasta ahora sean homosexuales.
Este virus, que representa una patología de baja transmisión, ha provocado que Sanidad active la alerta sanitaria. Ayer por la tarde, Ministerio y comunidades autónomas se reunían en el Consejo Interterritorial de Salud para evaluar el impacto del virus. En La Rioja todavía no se ha detectado ningún caso, pero el escenario puede cambiar en los próximos días. Como indica el doctor José Antonio Oteo, Jefe de Enfermedades Infecciosas del CIBIR, la gente viaja y tiene contactos sociales por lo que la aparición de casos en La Rioja es perfectamente posible. «Podríamos tener algún caso», avisa. «Lo importante es contenerlo mediante el diagnóstico precoz, el aislamiento y el tratamiento. Todos estamos bastante concienciados».
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Y es que estas indicaciones son de sobra conocidas ya que se están aplicando para contener la transmisión del COVID-19. ¿Traerá la viruela del mono una nueva pandemia? «No, se trata de un virus muy distinto al SARS-CoV-2, más conocido como COVID-19, porque es un virus de ADN, es decir, mucho menos transmisible, no realiza mutaciones y eso hace que no aparezcan nuevas variantes que podrían escapar de la inmunidad que hemos generado», asegura Oteo. «Los virus de esta familia son muy estables. Sería raro que la viruela del mono provocara una pandemia», apunta.
José Antonio Oteo
Jefe de Enfermedades Infecciosas del CIBIR
Aun así, el sistema sanitario riojano está preparado. A pesar de que este virus no genera, por norma general, un cuadro grave de enfermedad, el Hospital San Pedro cuenta con habitaciones para aislar a los pacientes que lo precisen. Y los profesionales sanitarios están más que prevenidos ya que, como afirma Oteo, todos ellos han recibido el protocolo de Sanidad a través de un correo electrónico.
El virus es un viejo conocido de la comunidad científica. «No es un virus nuevo como el coronavirus; a lo largo de la historia han existido pequeños brotes de viruela del mono», recuerda el doctor. «Lo que no ha habido hasta ahora son brotes tan extensos, que afecten a diferentes países sin una cadena de transmisión claramente conocida». Pese a esa incertidumbre, hay muchas más certezas. Los síntomas son similares a la infección de la viruela común: malestar general, dolores de cabeza y musculares, fiebre, agotamiento y la aparición de una erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende a otras partes del cuerpo como manos y pies.
La transmisión de personas a personas tiene lugar a través de saliva o excreciones respiratorias, o por contacto con las erupciones que provoca la enfermedad. Pero no es una enfermedad de transmisión sexual. «No tiene nada que ver, lo que pasa es que para que se contagie una persona tiene que mantener un contacto estrecho», aclara el Jefe de Enfermedades Infecciosas, «no es como el VIH o la sífilis, que precisan de contacto con las mucosas genitales».
¿Cómo actuar si pensamos que nos hemos contagiado? Lo importante es no acudir a un centro de salud o a Urgencias. Según indica el doctor Oteo, como con todas las enfermedades transmisibles debemos avisar por teléfono a nuestro centro de Salud o a Urgencias y advertir a los profesionales sanitarios de que se tienen síntomas compatibles con la viruela del mono. De esta manera, el profesional sanitario podrá acudir al domicilio, si el cuadro de enfermedad lo requiriese, con el equipo de protección individual adecuado para estos casos. «Pero no tiene por qué ser una enfermedad grave, en la mayoría de los casos la infección remite a partir de las cuatro semanas», afirma Oteo. No obstante, las personas inmunodeprimidas pueden sufrir complicaciones como problemas respiratorios, infecciones bacterianas secundarias y encefalitis.
Si una personaresulta contagiada es importante que se aísle y utilice mascarilla quirúrgica. Deberá cubrirse cualquier lesión en su superficie corporal porque el paciente es contagioso hasta que todas las costras hayan caído. Pese a estas recomendaciones que tanto nos suenan tras dos años de pandemia, el doctor Oteo advierte de que la situación no es ni parecida. «La vacuna de la viruela común es muy efectiva para protegerse contra otros virus de la misma familia», señala. Por eso la dosis administrada a los nacidos antes de 1977 protege al 85% de la población vacunada. «Las personas no inoculadas deben tener cuidado con las conductas sociales que están detrás de los brotes de este tipo de viruela, ya que todos han tenido un condicionante social», señala.
Estos dos años han dejado un poso de incertidumbre en la ciudadanía que, inevitablemente, asocia virus a una pandemia. Por eso, el Jefe de Enfermedades de Infecciosas del CIBIR quiere tranquilizar a la sociedad riojana. «Las personas que tratamos con enfermedades de este tipo siempre estamos en alerta. Lo estuvimos hace unos años cuando hubo una gran alarma sanitaria con el virus del Ébola», recuerda Oteo, «pero este virus no tiene potencial pandémico». «Tenemos muchas más amenazas como las de los virus gripales, que sí mutan y se pueden transmitir más fácilmente», remacha.
José Sáenz, presidente de la asociación GYLDA de La Rioja, reclama que no se estigmatice de nuevo a los homosexuales por esta enfermedad, como ya ocurriera con el virus del VIH, ya que la viruela del mono afecta a toda la sociedad independientemente de su orientación sexual. Los brotes surgidos en España, asociados a una sauna en Madrid y a una fiesta en Gran Canaria, han vuelto a colocar al colectivo en la diana. «Es un virus social y, por tanto, compatible con todos y todas. Que haya brotes en locales determinados no significa nada», señala Sáenz que advierte que calificar de «promiscuo» al colectivo gay es injusto y malintencionado. «Nuestro colectivo es muy amplio y diverso», dice. «No se nos puede señalar y asociarnos a una enfermedad», afirma, «igual que el COVID no es chino, o la gripe no es española, no se puede generalizar».
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