Mario Domínguez | Presidente del Colegio de Farmacéuticos de La Rioja

«Hay síntomas leves que se pueden tratar con el consejo del farmacéutico»

– Fueron un pilar esencial durante el covid y, ahora, siguen siéndolo. ¿Nota que cada vez son más los riojanos que acuden a las farmacias a buscar el remedio a los síntomas que padecen?

– Sí, la pandemia ya puso de manifiesto que la farmacia es el punto sanitario más accesible: todos los ciudadanos de La Rioja tienen una prácticamente al salir de su casa, siempre abierta, en pueblos donde muy pocos servicios llegan, con profesionales altamente cualificados para dar respuesta a problemas y cuestiones relacionadas con la salud y los medicamentos. Ahora se vuelve a evidenciar y, como venía siendo habitual en la época de gripe, en la que había picos de patologías y de incidencia muy altos, los sistemas se tensionan, pero la farmacia siempre tiene el consejo de un profesional del medicamento. Hay que optimizar recursos; hay muchos síntomas leves que se pueden tratar con el consejo del farmacéutico para poder dejar los recursos sanitarios de los centros de salud y de los hospitales a los más vulnerables.

– Tras la llegada del frío y las pasadas Navidades, ¿qué situación están afrontando las farmacias riojanas?

– Hay patologías. Los ciudadanos están pasando procesos gripales y de catarro, pero no creo que sea nada diferente a otros años. La incidencia está un poco mejor que los días de atrás y vamos gestionando la situación con normalidad, trabajo y profesionalidad. Es verdad que, desde Navidad, los pacientes están demandando más test para detectar si tienen gripe o covid, para proteger a los más vulnerables, a las personas mayores que sufren problemas respiratorios o crónicos, a los que hay que cuidarlos. Sobre las mascarillas, su uso depende de la responsabilidad de cada uno. Si una persona tiene síntomas, tose, estornuda o se encuentra mal, creo que nadie le tiene que decir que se proteja con una.

– Usted siempre defiende que pueden reforzar la Atención Primaria. ¿Cómo podrían hacerlo?

– Como profesionales del medicamento, como sanitarios, podemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudar a descongestionar el sistema sanitario. Hay que optimizar los recursos, porque la Atención Primaria está tensionada aquí y en toda España. Hay síntomas o situaciones que pueden tratarse o aliviarse desde la oficina de farmacia, con el consejo del farmacéutico, para reservar los sistemas de Atención Primaria o incluso de Urgencias para aquellas situaciones más complicadas. Esto no quiere decir que no haya que ir al médico o que haya que quedarse en casa con síntomas, pero es verdad que muchas veces se ve una atención ante una sintomatología que no procede.

– ¿Qué síntomas se pueden tratar en las boticas?

– En este momento, se pueden tratar unos síntomas de malestar, de picos muy ligeros de fiebre, de tos o de estornudos. Los síntomas de gripe, siempre y cuando sea una persona sana y no tenga una temperatura muy alta, respire mal o sufra asfixia, se pueden tratar con antitérmicos, antitusivos o antigripales, etc. Son síntomas de malestar, de dolor de cuerpo, que en una persona normal y sana es muy probable, es casi seguro que se trate de un proceso gripal limitado en el tiempo. Sin embargo, si a los cuatro, cinco o diez días no mejoran los síntomas o no remite la fiebre, será necesario ir al médico.

– ¿Qué otras líneas de actuación llevan a cabo para paliar la sobrecarga de la Atención Primaria?

– Hay otras muchas líneas de actuación, desde la colaboración para llevar a cabo una mejor gestión de las recetas, para que los pacientes crónicos puedan tramitar, desde las farmacias, nuevas recetas cuando estas se les terminen con el Servicio de Salud, o para avisarles cuando se vayan a terminar. También podemos participar en proyectos de información para lograr una mayor tasa de vacunación, que es uno de los grandes avances de la humanidad, además de mejorar la adherencia a los medicamentos.

– ¿Hay algún medicamento que esté llegando a cuentagotas?

– Hay ciertos medicamentos inyectables para tratar la diabetes que, por una serie de razones, por ejemplo, por su uso para el control de peso, tienen una demanda más alta de la esperada y están faltando. Los pacientes a veces se marean un poco y es incómodo para todos, incluso para nosotros, porque en algunos casos los médicos les tienen que buscar alternativas. No son muchos los pacientes afectados por este tipo de medicamentos que no tienen sustituto, pero nos preocupan y estamos trabajando por buscar una solución.

– ¿A qué se debe esta situación?

– La situación es complicada, porque hay medicamentos que no están bien abastecidos, que no llegan a razón de la demanda que tienen. Es un problema complejo, en el que se juntan dificultades de fabricación, de producción, de distribución, de precios, etc. Hay medicamentos que tienen otra marca que es similar o un genérico, que es idéntico, por lo que cuando existe la solución desaparece el problema. El inconveniente surge cuando hay ciertos medicamentos que no tienen sustituto y llegan con menos frecuencia de la deseada. En este caso, hay que ser previsor, intentar tener algún envase de reserva en casa, pero sin hacer acopio, porque entonces destrozamos el mercado, mientras que el médico tendrá que cambiar la alternativa terapéutica. Es un problema que afecta al mundo entero como consecuencia de la globalización de los procesos, por eso desde los colegios y desde las farmacias se está trabajando con distintos sistemas para detectar, por un lado, los fármacos que empiezan a faltar. El sistema informático Farmahelp, además, nos pone en contacto con la farmacia más cercana ante la falta de un medicamento para saber si lo tienen y que el paciente pueda ir directamente a por él.

– ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las boticas?

– Las farmacias tienen que conseguir participar en el sistema sanitario, colaborar de forma efectiva, con decisión y sin complejos, porque es lo mejor para el paciente. Otro reto es el trabajo interdisciplinar, la colaboración entre las farmacias y centros de salud, la atención especializada entre los niveles asistenciales de la sanidad, optimizar recursos y mejorar la conciliación de la medicación cuando alguien recibe el alta. También tenemos que trabajar contra la soledad no deseada o contra la violencia de género.