Siete de cada cien pacientes dejan plantado al especialista en su primera cita

Durante el año 2023 la cifra de consultas programadas en Especializada ascendió a 178.538, pero 13.491 de ellas no pudieron celebrarse por la inasistencia del propio paciente. La tasa quedó así en el 7,55%, ligeramente inferior a la de un año antes (8,33%), lo que quiere decir que siete de cada cien pacientes con fecha y hora para primera consulta no se presentó. Más de medio centenar de ausencias, 54,1, por cada uno de los 249 días laborables de 2023.

«Mantenernos por debajo del 10% es satisfactorio, es una cifra buena, pero también mejorable», asegura Natividad Valladolid Ostiategui, coordinadora de Admisión y Documentación Clínica del Hospital San Pedro, quien admite que «hay que seguir reforzando la concienciación, insistiremos en las llamadas telefónicas, en los SMS y en los llamamientos a descargarse la aplicación, que nos ha mejorado mucho los indicadores, y tratar de reducir más esa tasa».

Pese a la sorprendente estadística de 'portazos' de pacientes a su especialista, la tendencia sigue a la baja desde que en 2018, con una tasa de inasistencia a primera consulta del 11%, el Servicio Riojano de Salud intensificó su campaña de concienciación con el reto de no volver a superar la «peligrosa frontera del 10%».

El pasado año no se logró el reto en todas las especialidades y de hecho, curiosamente, esa barrera se rebasó en algunas de las consultas con las listas de espera más gruesas. El mayor porcentaje de fallo de pacientes se registró en Odontología, donde de las 6.795 consultas programadas 1.649 no pudieron celebrarse al no acudir el paciente (24,26%), en unas consultas que a diciembre del año pasado contaban con una lista de espera de 376 personas a la espera de atención y una demora media de 28 días.

Tras ella, Salud Mental, con una tasa de fallo del 16,67%, 717 de las 4.301 consultas concertadas en un servicio con una lista de espera de 193 pacientes y una demora media de 32 jornadas.

También por encima del 10% se situaron Infecciosas, con 120 de las 905 citas no celebradas (13,25%); Geriatría, con 110 de 984 (11,17%); Alergología, con 449 de 4.096 (10,96%); y Endocrinología, con 413 de 4.080 (10,12%), cuando su lista de espera ascendía a finales del pasado año hasta los 515 pacientes y su demora media era de 42 días, entre las cinco más altas tras Oftalmología (85), Urología (63), Angiología y Cirugía Vascular (59), y Neumología (58 jornadas).

Y son de hecho algunas de estas las que se ubican en el segundo escalón del ranking de inasistencia de pacientes. Una estadística que arranca en Medicina Preventiva, con 408 consultas programadas y 40 suspendidas (9,86%); Neumología, con 308 de 3.461 (8,89%); Urología, con 552 de 6.581 (8,38%); Cirugía Plástica, con 36 de 443 (8,12%); y Oftalmología, con 1.924 de 24.063 (7,99%).

El resto de especialidades, por debajo de la media, con los mejores indicadores en aquellos servicios donde la gravedad de las patologías o las urgencias de los tratamientos refuerzan cada años la concienciación de los pacientes. Así ocurre con la Unidad del Dolor, donde solo hubo que cancelar 33 de las 928 primeras citas médicas programadas (3,55%); Anestesia y Reanimación, con 242 de 11.347 (2,13%); Oncología Radioterápica, con 18 de 977 (1,84%);Oncología Médica, con 11 de 790 (1,39%) y, con pleno total, en la Unidad de Cuidados Paliativos, sus 160 consultas previstas; y Cirugía Cardíaca, con 90. Los mismo ocurre con las citas para pruebas diagnósticas –TAC, colonoscopias, gastroscopias...– donde la tasa de inasistencia está por debajo del 2%.

«Hay veces que es cierto que hay una relación entre las demoras medias y la inasistencia, a más demoras en el servicio más fallos de pacientes hay, pero en muchas ocasiones no tiene nada que ver», defiende la coordinadora de Admisión, que pone el ejemplo de Infecciosas, «donde no hay nada de demora y sí que hay mucha inasistencia, mucho fallo».

«A veces hay gente que avisa, pero lo hace el mismo día y ya no se puede hacer nada, así que hay que seguir insistiendo en la concienciación», incide, para apuntar sobre todo a «ese paciente que no le da importancia a faltar, muchas veces porque es una consulta de la sanidad pública, porque seguro que a una clínica privada sí le avisaba». Aunque asevera que «en general la gente está bastante concienciada», alerta de que «hay de todo». Y cita el ejemplo de unos niños con una patología urgente en Dermatología y que fallaron dos veces a consulta.

Poco más se puede hacer que insistir en la llamada a la responsabilidad. No hay penalización posible. «Nosotros a ese paciente que nos llama y nos dice que tenía consulta pero que no puede acudir le damos una nueva en el momento, pero quien no se pone en contacto tendrá que volver a llamar para solicitar una nueva».