Jorge Gutiérrez | Graduado en Ingeniería Industrial

«Siempre quise irme a Estados Unidos a completar mi formación»

Jorge, además de formarse en el campo de la ingeniería, domina tres idiomas (inglés, francés y español) y disfruta leyendo ensayos científicos, ciencia ficción y blogs de divulgación, aunque insiste en que «no quiere dedicarse a ello». Además, le gusta hacer ejercicio en el gimnasio y senderismo en el monte, dos lugares que sirven a Jorge para desconectar de sus estudios, aunque por una cuestión de tiempo, no puede ir «todo lo que le gustaría».

-¿Por qué decidiste estudiar ingeniería industrial?

Escogí el grado de Ingeniería Industrial porque no quería especializarme en algo demasiado específico tan pronto. Tenemos competencias que tocan muchísimas áreas, desde eléctrica o mecánica hasta química o estructuras. Podemos firmar proyectos de muchos tipos una vez completado el máster.

-¿Qué te motivó para elegir la Escuela de Ingenieros de Bilbao?

Su nivel y prestigio principalmente. Además mi madre es de allí y el País Vasco ofrece oportunidades muy buenas. Yo en concreto me voy ahora, pero si te quedas en Vizcaya hay un área industrial muy fuerte relacionada con la Escuela y aulas de empresa que te permiten ir metiéndote hacia el mundo laboral.

-¿Cuál fue el tema de tu Trabajo de Fin de Grado?

Investigamos si haciendo unos pequeños agujeros en la superficie de las fresas mecánicas, una herramienta para cortar metal, podría retener mejor el lubricante y por lo tanto, calentarse y desgastarse menos. Aunque no obtuvimos un buen resultado con el patrón empleado.

-¿Qué consejo le darías a los chavales que acaban de superar la selectividad?

Les diría que no es ningún drama si no te llega la nota para la carrera que quieres, todo el mundo acaba encontrando su camino. Es una etapa dura pero hay que tomársela con filosofía; creo que vale más cómo gestiones los fracasos que la propia universidad como tal.

-Afrontas ahora un máster en Sistemas Autónomos y Robótica. ¿En qué consiste?

Allí los másteres funcionan diferente a España; en Estados Unidos eliges tú las asignaturas que quieres estudiar. En mi caso, serán una serie de asignaturas de robótica básicas, de control y de automatización sobre las que ya tengo conocimientos de mi paso por Bilbao y luego, en una parte de inteligencia artificial para entender cómo funcionan estos procesos, que es algo que obviamente se escapa del grado porque es muy nuevo.

-¿Qué gastos cubre la beca de Petronor?

Nos dan 25.000 euros brutos y no tenemos unas condiciones mínimas ni máximas. Tampoco tenemos ningún compromiso con Petronor, lo único que tenemos que hacer es escribir un informe cada cierto tiempo de cómo vamos avanzando por allí para que ellos vean que no están tirando el dinero. Además, aunque no está escrito, existe la posibilidad de trabajar con ellos cuando vuelvas, de hecho la chica que fue becada el año pasado está ahora en Petronor.

-¿Qué criterio sigue la petrolífera para la asignación de estas ayudas?

Las notas, el currículum, probablemente idiomas y sobre todo, la opinión del departamento de Relaciones Internacionales de la Escuela sobre nosotros. No sé si el hecho de haber nacido o residir en el País Vasco puede tener algo que ver también, aunque este año los estudiantes becados somos de Burgos y de Logroño.

-¿Qué sentiste cuando supiste que habías sido elegido?

Una felicidad enorme, obviamente. Siempre quise irme a Estados Unidos a completar mi formación pero el principal problema que tiene irse allí es el dinero y el hecho de que te digan que la beca te va a poder cubrir la mayoría de los gastos, sino todos, pues es un plus muy grande claro, te empuja aún más. Además, en Cincinnati se ofrecen másteres, como este de robótica que es un complemento a la formación muy importante y que abren muchísimas puertas porque todo el mundo emplea estas tecnologías ahora.

-¿La investigación es una de tus metas?

Es una buena pregunta, de hecho es la pregunta que nos tenemos que hacer ahora porque cuando terminemos el máster es el momento de decidir si empezar una tesis aunque, a priori, no es una opción ahora mismo. Son cuatro años más y sobre todo que no tengo un área específica en la que tenga un interés en profundizar, quizás durante el próximo año me lo plantee. En la universidad privada puedes acabar en una empresa muy grande con un departamento de I+D+I importante e investigar allí.

-¿Te gustaría trabajar algún día aquí en La Rioja?

Sí, yo soy muy logroñés. No tenemos aquí la industria que hay en el País Vasco ni de lejos, pero sí que hay empresas medianamente grandes y que tienen proyectos interesantes. No lo puedes comparar con Vizcaya con toda la tradición que tiene, pero sí, me encantaría.

-¿A qué te gustaría dedicarte?

Al mundo de la fabricación o al del control; lo mejor sería una combinación de ambas. Las máquinas de fabricación en centros de mecanizado y fabricación aditiva, todo este tipo de tecnologías, trabajan con tolerancias muy, muy, muy finas y necesitan un control muy preciso, además de una gran potencia entonces yo creo que son áreas que se cruzan muy bien y que son mis dos grandes intereses digamos.