«Siempre me ha gustado cambiar, hacer cosas distintas. En el año 1998 acabé Derecho y en el 2001, cuando Juan organizaba unas jornadas sobre María de la O Lejárraga, hice un comentario sobre un artículo suyo, 'Libertad'. Entonces me interesó cómo hablaba del Código Civil en relación a las mujeres», recuerda Isabel. Después participó en otros ciclos de estudios sobre la figura de Lejárraga y empezó a profundizar en su obra formando equipo con su esposo, como María de la O con Gregorio Martínez Sierra.
«Fue a través de Juan y sus estudios. Él empezó a estudiar el teatro de principios del siglo XX», explica Isabel. Y gracias a esos trabajos surgió «la vertiente literaria». Antes, «en la juventud escribí algo de poesía y un cuento en la Universidad, pero no insistí, hasta el 2000, nada, solo investigación y trabajos de las carreras».
«Antes de escribir algo interesante hay que leer mucho, por eso no es raro empezar tarde»
Isabel Lizárraga Vizcarra
Ejerciendo de profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Escultor Daniel de Logroño (aunque nacida en Tudela reside en la capital riojana desde 1989 donde ha sido madre de dos hijos), y durante algún curso también en la UR (donde obtuvo el diploma de Estudios Avanzados del Departamento de Derecho Civil y publicó el libro 'El derecho de rectificación'), publicó junto a Aguilera el ensayo 'Madrid a Ginebra. El feminismo español y el VIII Congreso de la Alianza Internacional para el Sufragio de la Mujer', germen de su novela 'Cándida' (2012).
«El primer interés por escribir se filtró en 'Cándida' y en algunos cuentos, como uno que ganó un premio en Estella. Eso fue lo primero, pero a partir de ahí me ha gustado escribir distintos géneros, desde literatura infantil o ciencia ficción, me gusta cambiar de temas». Ya suma seis novelas y muchos más galardones, como el XXIV Premio de Narración Breve 'De Buena Fuente', el último que convocó el Ayuntamiento de Logroño. En el 2017 también fue reconocida con el Premio Mujeres en el Arte en La Rioja. Su último fruto ha sido un microrrelato con el que ha ganado el concurso de la Asociación de Amigos de Calahorra. «No esperaba esa repercusión», confiesa, pero subraya que «antes de escribir algo más o menos interesante hay que leer mucho, por eso no es raro empezar tarde».
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