Sevilla insta a «fortalecer lo que nos une» como antídoto frente a los extremismos

El presidente del Consejo Social de UNIR ahondó en la necesidad de repensar tres grandes errores que a su entender han conducido a la situación actual: la demonización del Estado, haber sido muy naifs con la globalización, más dirigida a las empresas que a los ciudadanos, y haber incurrido en la ingenuidad de pensar que los conflictos habían terminado.

Sobre el papel que debe de tomar el Estado, Sevilla sostuvo que «no es verdad que la democracia no está en riesgo; hay que seguir cuidándola», y que tras las dos grandes crisis de este siglo, la de 2008 y la ocasionada por la pandemia, ha sido el Estado el que ha venido al rescate. «Por tanto, cuando ha hecho falta nos hemos dado cuenta que necesitábamos un Estado fuerte y que funcionase bien», dijo el exministro apuntando que la última crisis obligó a plantear una colaboración público-privada diferente.

En cuanto a la globalización, Sevilla desmintió la afirmación de que «nos iba a hacer más ricos a todos e iba a beneficiar a todo el mundo». En ese sentido, recordó que «no se tuvo en cuenta a los damnificados, hasta que votaron a Donald Trump» y que al hacer dicha globalización «hemos incurrido en desequilibrios que han terminado beneficiando más a países como China que a los nuestros».

Asimismo, el presidente del Consejo Social de UNIR sostuvo que «el ascensor social se ha averiado y la desigualdad social está creciendo en el mundo; también, en los países más adelantados». Una coyuntura que, a su juicio, «lleva a la gente a votar a los extremismos». Ante esta situación, el exministro abogó por fortalecer «lo que nos une». «Hay que recuperar esto porque las veces que lo hemos hecho nos ha ido bien; además, tenemos suficientes elementos y conocimiento para saber qué tenemos que hacer», razonó.

A la pregunta de Pablo Arrieta, presidente del Consejo Asesor de UNIR y moderador del evento, de si estamos preparando a los jóvenes para lo que exige el mercado laboral, el exministro lo negó rotundamente. «La capacidad de adaptarse lo hace el estar pegado a las necesidades de la sociedad y la flexibilidad de programas y profesores. Y no siempre lo encontramos en las universidades españolas», declaró Sevilla.