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Sin pastos en pleno abrilNo llueve. No hay pasto. No hay alimento. A los no pocos problemas de la ganadería, como las enfermedades, los ataques del lobo y el aumento de los costes, se une ahora la escasez del pasto que diferencia y caracteriza a la extensiva. Esto motiva ... que los ganaderos deban realizar aportes de comida a sus animales durante primavera y verano porque no cuentan con suficiente en la naturaleza debido a la sequía.
«No ha habido invierno, nevó una vez y poco, y entre el hielo y el calor, no hay pasto. Vamos a enlazar el invierno de 2022 con el de 2024 alimentando con pienso a los animales», advierte María José González, presidenta de la Asociación de Ganaderos del Camero Viejo, para quien la falta de agua es peor que la falta de alimento. «Va a acabar por no haber ni paja y el pienso, por las nubes. Y dejar de alimentarlos con pienso ahora mismo sería como abandonarlos», señala. Y eso que el Alto Leza, donde ella tiene a sus vacas, es una zona mucho más húmeda que el tramo medio del valle, donde la sequía se acrecienta. «Los animales no están floridos porque no hay primavera. Con el verde es cuando engordan, y como no ha habido, no tienen brillo en el pelo. No están tan lustrosos», añade González.
El Alto Najerilla, siendo como es una zona habitualmente lluviosa, apenas ha llovido. «Aquí suele llover a menudo y ahora nada. Antes se ponía a llover y se tiraba una semana, pero es que han caído 6 litros por metro cuadrado en abril, los del pasado fin de semana», contabiliza Pedro Medel, presidente de la Asociación de Ganaderos de las 7 Villas. Sin embargo, allí sí hay agua, lo que no hay es pasto suficiente. «En invierno llovió y nevó un poco y los abrevaderos funcionan. De agua no hay problema porque el embalse de Mansilla está prácticamente lleno, el problema es el pasto», considera Pedro Medel.
La consecuencia puede ser que las vacas pierdan los kilos ganados en invierno y que haya que bajarlas a las naves y reiniciar la alimentación total con pienso antes de lo habitual, en verano en lugar de en otoño. Además, en el Alto Najerilla hay poca profundidad en la raíz y la humedad se pierde pronto si hace calor. «El panorama es malo. A las ovejas ya les estamos ayudando en la alimentación, así que esperamos que llueva, aunque sea en mayo, porque si no el verano va a ser una catástrofe», cree Medel.
La falta de agua sí es un problema en el valle del Oja. «Ahora que deberían bajar los ríos salvajes, por el deshielo, no viene nada. Hay ríos que se secan en agosto que ya están secos. En un pastizal de Valgañón tenemos que subir a diario mil litros de agua a las vacas, lo que nunca. Y la laguna de la dehesa está seca, cuando suele estar a rebosar», expone Gorka Espinosa, ganadero del Alto Oja, quien considera que hay mucho volumen de animales en el monte y poco alimento natural.
María José González | Asoc. Ganaderos del Camero Viejo «Los animales no están floridos porque no hay primavera. Con el verde es cuando engordan y no tienen brillo en el pelo»
Pedro Medel | Asoc. Ganaderos de las 7 Villas «El panorama es malo. Esperamos que llueva, aunque sea en mayo, porque si no el verano va a ser una catástrofe»
Gorka Espinosa | Ganadero de Valgañón (Alto Oja) «El problema de la sequía es que se arrastra desde el año pasado, que hubo tres meses sin llover. En Zorraquín igual ni siegan»
Delia Gil | Embutidos Luis Gil (Ocón) «Los precios de los cereales están disparados, al margen de las malas cosechas que va a haber. Va a ser inviable tener animales»
José Ángel Barrutieta | Asoc. Ganaderos del Alto Iregua «Los pastos se están agostando sin haber acabado de brotar. Y no sabemos cómo va a estar el suministro de agua»
«El problema de la sequía es que lleva desde el año pasado, que hubo tres meses sin llover. Yo bajé las vacas en septiembre, cuando lo normal es a finales de diciembre, porque en el monte no hay para que todas puedan comer», recuerda Gorka Espinosa, y asegura que nadie en la zona recuerda una situación similar. «En Zorraquín igual ni siegan nada porque no hay hierba que cortar», añade Espinosa.
Delia Gil, de Embutidos Luis Gil, cuenta con cerdos y yeguas en el valle de Ocón y declara sin preámbulos que la situación es dramática. «Los precios de los cereales están disparados, al margen de las malas cosechas que va a haber. Va a ser inviable tener animales por el precio del cereal», cree Delia Gil, cuyos animales se alimentan de cereal ecológico. «Todos tratamos de mirar hacia delante para ver si estabiliza el mercado, pero la sequía se va a acrecentar, así que no veo el final del túnel», confiesa Gil, y pide más ayudas y voluntad política.
José Ángel Barrutieta, presidente de la Asociación de Ganaderos del Alto Iregua, admite que hay preocupación en el sector porque la sequía está siendo dura. «Los pastos se están agostando sin haber acabado de brotar. Y no sabemos cómo va a estar el suministro de agua a tres meses», apunta José Ángel Barrutieta. Por si fuera poco, las cosechas de cereal empiezan a peligrar, lo que podría suponer un problema de suministro. «Creo que el principal problema ahora es la sequía porque los precios fluctúan y todo se soluciona si hay pastos abundantes», declara Barrutieta.
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