Así te hemos contado en directo la última sesión del juicio contra Almeida

«No le puse la manta, no le metí en una bolsa», insiste Almeida. Asegura que bajó por las escaleras porque el ascensor estaba ocupado: «Cuando le entregué al policía a Álex no lo escondí».

Almeida: «Luego me doy cuenta de que había perdido el conocimiento y lo primero que hice fue salir a pedir ayuda, de hecho salí con la cremallera bajada, ni tampoco cogí el abrigo».

«Cuando ya había hecho este acto de enseñarle el pene se empezó a oír ruido, Álex quería huir y le agarré de la camiseta, le tapé la boca y con la otra le pasé el brazo pero sin apretar, no tenía ninguna intención de matarle», detalla Almeida.

«Lo único que hice fue enseñarle el pene», cuenta el acusado. «No hay ninguna prueba que diga que yo he eyaculado», insiste y añade: «No pudo haber esperma porque no eyaculé».

El día de hechos, asegura, bajó al parque, no tenía ninguna intención de nada. «Vi a Álex deambulando y le dije que tenía un pájaro. Entró en el portal y él solo subió por las escaleras». -«Vio al pájaro y en ese momento empecé a tener una cierta fantasía», detalla Almeida.

Asegura que desde la ventana no se ve el parque ni a los niños porque «hay un túnel».

«Bajé al parque a fumar, a veces algún niño me hablaba, pero no bajaba con ningún fin», dice Almeida.

Almeida dice que «el día de los hechos iba bebido y no nos afecta a todos por igual».

Toma la palabra Almeida en su derecho a la última palabra

Concluye la defensa y toma la palabra Almeida

Almeida reconoce que ha matado al niño en la instancia que envió al capellán de la cárcel y allí concurren las dos atenuantes, arrepentimiento y reparación del daño.

«Baja por las escaleras sabiendo que va a ser grabado ¿no había ideado un plan? Lo que quería era, arrepentido, salvar al niño»

“Almeida, sin subirse la cremallera, coge las llaves, baja con el cuerpo descubierto, si quiere taparlo por qué no lo tapa con una manta o lo mete en una bolsa de deporte. La voluntad de salir con el cuerpo del pequeño para pedir ayuda cualifica el arrepentimiento espontáneo. Arrepentido sale con el cadáver pidiendo ayuda”.

El niño pierde la consciencia en segundos, pero Almeida no es consciente de que ha pedido el conocimiento, tiene miedo a ser descubierto y sigue apretando

De acuerdo con su versión, «acaba la agresión sexual, se empiezan a oír ruidos y el niño se quiere marchar, el niño trata de huir, quiere gritar, le tapa la boca mientras con el brazo el sujeta por el cuello, el niño se mueve, tenía holgura para moverse y esto es la clave de si estamos ante un asesinato o un homicidio», agrega el abogado defensor.

Asegura que Almeida, al admitir que le agredió sexualmente, confesó los hechos.

“¿Cuál era el plan de Almeida? ¿pensaba matar al niño? Es cierto que tras mostrarle el pájaro se despierta el deseo sexual que se realiza sin violencia porque no hay muebles rotos ni signos de violencia en el piso”, señala el abogado

«No cabe duda de que el niño fue a casa de Almeida, sube por las escaleras, mientras el acusado lo hace por el ascensor», apostilla la defensa.

Comienza la defensa

El abogado defensor inicia su exposición de las conclusiones: «Ha sido un juicio difícil para mí».

«Espero que emitan un veredicto de culpabilidad sin titubeos, piensen en Álex, de tan solo 9 años, que un día jugaba tranquilamente en el parque, se cruzó con este desalmado. Les pido que de una vez por todas nos protejamos. Por Álex les pido ese veredicto de culpabilidad», concluye la intervención de la abogada de la acusación particular.

«No hay ninguna atenuante en este caso, aquí hay una reincidencia y acrecienta la pena», apunta Redondo.

“El acusado arrancó al niño del parque, desplegó toda su fuerza contra Álex y acabó con su vida de una forma tan atroz que estoy segura de que a nadie que haya pasado por esta sala le va a dejar indiferente para el resto de sus vidas”, apunta la abogada.

“El relato de las pruebas es 100% incriminatorio”, concluye la abogada Alicia Redondo.

“Existió un ánimo de matar. La voluntad de matar es patente porque acecha al menor y se asegura que nadie le impedirá hacer lo que hace. Vemos la voluntad de matar por la gravedad de las lesiones. No se puede hablar ni de reparación del daño ni de confesión”, continúa el testimonio de la acusación particular.

“La forma de atacar a Álex, la violencia empleada, las lesiones, todo hace que no se encontrara la capacidad disminuida. Quiso satisfacer sus más asquerosos deseos, quiso hacer lo que hizo, es un depredador sexual, quiso matar a Álex y lo mató”, señala la abogada.

La acusación particular recuerda la existencia de la instancia en la que reconoció que había matado a Álex.

“En su periodo en prisión nunca ha referido problemas de alcohol”, añade Redondo.

Sobre el supuesto consumo de alcohol por parte de Almeida, ha recordado que en el informe mental de Segovia certificaron que no había tenido síndrome de abstinencia ni los testigos han declarado que la noche del crimen oliera a alcohol.

Se refiere la abogada a la memoria selectiva del acusado, pero los peritos han certificado que no presentaba alteración amnésica ni alteración psicopatológica: «Solo le preocupa lo que los demás presos le puedan hacer en la cárcel».

Alicia Redondo continúa relatando que Almeida fue sorprendido intentando esconder el cuerpo de Álex, pero fue pillado. Un agente contó que arrebató a Álex de los brazos de Almeida, pero el niño ya no tenía pulso.

“Almeida contó que salió a pedir ayuda, pero ¿quién sale a pedir ayuda y se para a vestir a un niño? ¿Quién sale a pedir ayuda y coge unos zapatos y le pone una peluca? Es más, si quieres pedir ayuda llamas por teléfono, coges el móvil…”, desmonta Redondo sobre la versión del acusado.

“Álex debió estar privado de oxígeno varios minutos, pero a los 10-15 segundos Álex ya no se movía, no podía ofrecer resistencia y si sigue apretando sí o sí se provoca la muerte, no solo quería taparle la boca”.

“Almeida tenía clarísimo que quería matar a Álex, que presentaba lesiones mucho más graves que las que se pueden encontrar en un ahorcamiento”, añade la abogada de la acusación particular.

«El mecanismo de la muerte fue asfíctico, el acusado comprimió con el antebrazo el cuello durante 4 o 5 minutos. Apretó, apretó y apretó aunque a los pocos segundos ya perdió el conocimiento», detalla Redondo.

Álex tenía muchos hematomas y la agresión sexual fue, aún si cabe, más violenta que el asesinato, recuerda la letrada sobre lo que dijeron los forenses.

“El propio acusado reconoció que le agredió y solo la introducción del pene ya es una agresión sexual”, precisa la abogada.

«Una vez en la vivienda, Almeida cerró la puerta eliminando cualquier posibilidad de defensa, hablamos de 29 kilos frente a 89», recuerda Redondo.

“No sabemos cómo convenció a Álex, pero no hay duda de que se lo llevó a su vivienda. Se ve en las imágenes que se visionaron en la sala de vistas”, detalla la abogada.

“Los hechos se llevaron a cabo de manera premeditada, estuvo varias semanas intentándolo con varios niños hasta que desgraciadamente consiguió”, recuerda Redondo

“Estamos sin lugar a dudas ante la personificación de la más vil de las maldades, estamos ante un depredador que cada vez que ha salido a la calle ha violado y asesinado”, ha señalado Redondo. Relata la abogada que el acusado, tras salir de prisión, se fue a vivir a Lardero, cerca de un colegio y de un parque en el que era frecuente que se le viera sentado.

Interviene la abogada de la acusación particular

Comienza la intervención de la abogada de la acusación particular, Alicia Redondo.

El fiscal explica que el ADN de Almeida se encontró en el calzoncillo y en la zapatilla del niño. Tuvo que vestirlo precipitadamente, le puso la peluca y como estaba el ascensor ocupado bajó por las escaleras y tuvimos la suerte de que el vecino del segundo lo vio en las escaleras. Si no hubiese estado este vecino, Almeida habría logrado su propósito de escaparse y esconder a Álex.

“Almeida mantuvo la extrema presión sobre el cuello hasta la muerte del pequeño. Sabía lo que estaba haciendo y continuó con esa voluntad asesina. La fuerza que hizo fue absolutamente descomunal”, señala el fiscal en su alocución y prosigue: “Pesa 100 kilos, mide casi 1,90 ¿qué posibilidades tenía Álex?”.

“¿Qué posibilidades tenía Álex de defenderse? Las técnicas que empleó Almeida son alevosas porque impiden la capacidad de defenderse”, explica el fiscal.

«Cuando Almeida cerró la puerta, las posibilidades de sobrevivir de Álex se pulverizaron», ha recordado Stern sobre la noche de los hechos.