Samuel Muro, agricultor de Alberite, una zona cuyos secanos también han sufrido el estrés hídrico. Sonia Tercero

Una semana clave entre la lluvia salvadora o el calor que condene los cultivos

El cereal, que ocupa casi 50.000 hectáreas en La Rioja, arrastra problemas históricos que se han agravado estos últimos años por la climatología

Víctor Soto

Logroño

Martes, 7 de mayo 2024, 07:09

Los cerealistas viven una semana clave. Después de una primavera en la que el cielo no ha regalado su lluvia, especialmente en amplias zonas del valle, los agricultores confían en que caiga un golpe de agua que permita soñar con que la cosecha llegue a ... buen puerto. Pero en estos días las previsiones hablan más de un golpe de calor, otro sumado al vivido en abril y que ha hecho mella en sus cultivos. Si se confirma, sería la condena definitiva.

Publicidad

Con casi cuatro décadas de trabajo en el campo, Óscar Salazar asegura que nunca había visto «que no se coseche en Grañón por sequía». Y este año sucederá. «Solo una vez desde que soy agricultor he cobrado el seguro por sequía. Fue el año pasado», recuerda. Su temor es que este año sea el segundo.

También preocupado está Samuel Muro, cerealista de Alberite, que reconoce que en la zona de Clavijo, La Unión o Ribafrecha la situación es mejor que en otras partes de La Rioja, aunque hay «fincas muy sufridas». Las pequeñas tormentas de los pasados días están dando alguna esperanza de poder salvar la campaña. «Si se mantiene un tiempo sano y fresco aquí podremos coger una cosecha aceptable, pero si viene mucho calor ahora, se asfixiará todo», sentencia recordando que a esta situación de incertidumbre llegan «tras un año desastroso» en el que «todo fueron pérdidas».

Algunos agricultores han optado por cortar, literalmente, por lo sano y han segado la cebada, ante la falta de grano, para empacarla y venderla como forraje.

Trigo, cebada y triticale, por este orden, son los cereales que dominan las cerca de 50.000 hectáreas destinadas en La Rioja a estos cultivos, los que más superficie ocupan en la región, por delante de la vid. Y así seguirá siendo, a pesar de que estos cultivos no están ofreciendo una rentabilidad a sus productores. «El caso del trigo es el ejemplo de una situación anómala. Hemos estado casi 25 años con el mismo precio. Hace un par de campañas tuvimos una ligera alegría, pero ha sido un espejismo», analiza Igor Fonseca (Arag-Asja). «El precio no ayuda, está sometido a la especulación de los grandes mercados. Entre otras razones, con el conflicto de Ucrania están entrando barcos en España que tiran los precios. El cerealista está desprotegido y la Unión Europea debería dar un golpe encima de la mesa si quiere protegernos», añade.

«El coste de producción de una hectárea de trigo es de unos 1.000 o 1.200 euros. Si un año normal cogemos cinco toneladas, a poco más de 200 euros, no salen las cuentas», recalca Óscar Salazar (UAGR). Si además la cifra mengua, como es previsible este año, los esperados números negros acaban convirtiéndose en rojos. Y la situación, insostenible.

Publicidad

Situación preocupante en Aragón, Castilla y León o Valencia

No es La Rioja el único territorio de España que ha sufrido esta extraña primavera, con semanas de intenso calor en un momento clave para el crecimiento del cereal y falta de lluvia cuando más se necesitaba. En Aragón, por ejemplo, la margen derecha del Ebro y gran superficie de Teruel dan por perdida la mayor parte de la cosecha. También zonas de Soria, como Ágreda, Valverde o Vozmediano, temen que cuando entren las cosechadoras el grano va a ser insuficiente para pagar los costes de producción. Menos kilos y menor precio es una ecuación insostenible para los agricultores. En Cataluña, mientras, el problema se extiende también al arroz. Y en la Comunidad Valenciana, especialmente en algunas zonas de Alicante, se habla ya de catástrofe, con mermas superiores al 80%.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad