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La filatelia cuenta en La Rioja con un buen número de amantes. Cuatro asociaciones (Grupo Filatélico y Numismático Riojano, de la capital; Asociación Coleccionistas de Nájera y Comarca; Asociación de Filatelia y Numismática Calagurritana y el Club Cultural de Coleccionismo El Lazarillo) mantienen viva la ... pasión por los sellos, que el año pasado perdió un quinto miembro, el grupo de Arnedo.
Pero la comunidad, además de buenos aficionados, tiene una historia plasmada en esas estampas que, en unos pocos centímetros cuadrados, difunden las señas de identidad y honran a sus personajes ilustres. Más de medio centenar de sellos de las series nacionales (los 'pata negra') se basan en personas o motivos riojanos, aunque el trabajo de las asociaciones y de particulares elevan en más de doscientos las estampas relacionadas con la comunidad. Aquí vamos a repasar una selección personal e algunos de los más representativos o curiosos.
El primer sello de tirada nacional con un personaje riojano fue el dedicado al jarrero Manuel Bartolomé Cossío, en 1937.
En 1964, el escudo de Logroño aparece en la filatelia nacional. El valor facial de ese sello era de cinco pesetas.
José Antonio Manso de Velasco, el conde de Superunda, fue uno de los rostros que lucía la serie 'Forjadores de América', con 80 sellos diferentes.
En 1969 se presentó un sello de la serie 'Trajes regionales' bajo el nombre de Logroño. Pero el vestido es el de Albelda. Así se quedó.
El arte y la arquitectura representan los principales motivos de los sellos riojanos de las series nacionales. Monumentos, iglesias, castillos... diseminados por toda la comunidad, aunque con alguna localidad con mayor presencia. Y no se trata de la capital. Santo Domingo y Nájera destacan por haberse convertido en los municipios más 'queridos' por Correos. Y como curiosidad, Calahorra también ha tenido su recuerdo en un par de ocasiones, en ambos casos por exposiciones filatélicas.
La concatedral de Logroño tuvo su sello en 1969. Con un valor de seis pesetas formó parte de la serie 'Paisajes y monumentos'
Primera aparición calceatense en la filatelia nacional. Fue en 1971. Posteriormente los motivos de la ciudad del Camino se prodigarían.
El sello del precioso claustro de los Caballeros del templo najerino salió al mercado el mismo día que el del gallinero calceatense. Ambos pertenecen a la serie 'Año santo Compostelano'.
Dentro de 'Castillos de España', el icono de Sajazarra se emitió en 1972. Una peseta valía esa estampa.
Pero también los eventos más importantes de La Rioja han tenido su sello. Por ejemplo, el Milenario de la Lengua. Además de diversos actos y un colegio en la capital, esa efeméride pasó al catálogo de Correos con un sello. O el Estatuto de Autonomía de La Rioja.
En 1977, ya bajo el reinado de Juan Carlos I, se emitieron diez millones de sellos para conmemorar esa efeméride.
Dieciséis pesetas era el valor facial del sello que, con la roblanvera y una rama de vid con hojas conmemoraba el Estatuto de Autonomía en 1983.
Los hermanos D'Elhúyar también tuvieron su reconocimiento filatélico en 1983 gracias a sus desarrollos sobre este metal.
Fue la primera vez, pero no la única. Las piritas riojanas, con su mina de Navajún, fueron protagonistas de un sello en 1994 y en 2022.
Siguiendo un orden cronológico de publicación y ya en plenos años 90, la declaración de San Millán como Patrimonio de la Humanidad fue uno de los temas escogidos por Correos. Pero también se conmemoró postalmente el noveno centenario del Fuero de Logroño. Y ya en los años 2000, cómo no, el protagonista fue el vino
San Bartolomé, Palacio, La Redonda y Santiago en la vista tradicional de Logroño desde la margen norte del Ebro fue el diseño elegido para conmemorar el XI Centenario del Fuero.
Yuso, 35 pesetas a pesar de su monumentalidad. Suso, con su rupestre pequeñez, 70 pesetas. Tanto monta. La Unesco eligió como Patrimonio Mundial de la Humanidad a los dos cenobios riojanos y en 1999 tuvieron su sello.
La DOCa Rioja, en 2002, contó con su sello dentro de la serie 'Vinos con denominación de origen' con una escena bastante tradicional y el sello, valga la redundancia, de la DOC Rioja.
En 2006, el cincuenta aniversario de las Fiestas de la Vendimia se recordó con un sello. Los hermanos Urdiales y la Virgen de Valvanera, en pleno pisado, se reprodujeron 6 millones de veces.
Y, por si no se habían percatado. ¿Qué pasa con las mujeres riojanas? Pues les costó entrar en la filatelia (como en otros tantos mundos) pero por fin tuvieron su sitio. Uno protagonista y otro, muy querido para esta casa, voluntariamente histórico y sentimental: María de la O Lejárraga y 'La Paca'.
En 2008, María de la O Lejárraga, escritora, política y activista riojana, fue homenajeada por Correos.
En la serie 'Periódicos centenarios', Diario LA RIOJA entró en 2009, cuando cumplía 120 'tacos'. La imagen elegida, la de 'La Paca', una vendedora muy querida.
El Belén Napolitano de Santo Domingo, gracias al impulso del párroco calceatense, fue la imagen elegida en 2015, 2016 y 2017 para el sello navideño de Correos. San José, la Virgen y el Niño Jesús tuvieron su sello.
La fauna riojana cuenta con un mamífero protegido y muy singular: el visón europeo. Los esfuerzos por recuperarlo también tuvieron su sello en 2016.
Entre los últimos sellos editados con motivos riojanos, dos museos, un milenario y dos denominaciones protegidas, las de la alubia de Anguiano y la nuez de Pedroso, como última aportación filatélica.
Si Logroño tuvo su conmemoración del fuero, Nájera, con un mandato real milenario, no iba a ser menos. También las Crónicas tuvieron su estampa en 2019.
La reinauguración del Museo de La Rioja trajo consigo, en el año 2017, un recuerdo postal.
Una institución que ha hecho mucho por La Rioja y ha dinamizado el turismo. La familia Vivanco, además de arte, literatura y, sobre todo, vino, también tiene un sello. Desde Alberite pasando por Briones al mundo
La alubia de Anguiano y la nuez de Pedroso, denominaciones de origen protegidas, llenaron de buen gusto el catálogo postal español. De momento, los últimos sellos con motivos riojanos. Pero habrá más.
Patrimonio, personajes, historia, instituciones, naturaleza... Esto son unos de los ejemplos más representativos de la rica relación de La Rioja con la filatelia española. Seguro que habrá más capítulos en un futuro muy cercano.
La filatelia no es solo cosa de personas entradas en año. O al menos ese es el empeño en el que está embarcado un grupo de aficionados, como Juan Carlos Blanco, responsable del club calagurritano El Lazarillo y encargado de llevar la exposición 'El mundo de los sellos' por los colegios de toda España. A ellos les muestra la pasión por el coleccionismo que a él le nació de muy pequeño, cuando acechaba las cartas que llegaban a su casa para asomarse a una ventanita de unos pocos centímetros cuadrados pero muy colorida que le mostraba nuevos mundos. Como él, miles de personas siguen viviendo su afición con cierta rsignación. «Si nadie manda una carta, ¿cómo va a haber pasión por los sellos?», se pregunta.
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