Una herencia de 13 hectáreas a subasta

Ahí, y con la pandemia de covid por medio, comenzó el largo periplo de su herencia que él decidió no repartir entre sus familiares (estaba soltero y sin hijos, pero sí contaba con hermanos y sobrinos) sino dejarla a instituciones de cuidados de ancianos. Los bienes legados eran una casa en el pueblo y nueve fincas que suman casi 13 hectáreas ubicadas en los términos municipales de Hervías, Cidamón y Alesanco.

Pero por distintas vicisitudes, este patrimonio ha acabado en la Seguridad Social, que el jueves publicaba que la subasta de esos terrenos se celebrará el próximo 3 de junio en la Dirección Provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social de La Rioja.

El precio de salida de este lote de nueve fincas (la más extensa ocupa 4,3 hectáreas) se sitúa en 250.000 euros y para pujar hay que aportar una garantía de 12.500 euros. Las ofertas se podrán presentar hasta el 17 de mayo en la Tesorería General de la Seguridad Social o por correo ordinario.

Mientras las fincas buscan un comprador, la casa de Miguel ya salió a subasta. Pero nadie pujó por ese caserón de más de 500 metros cuadrados y de una austeridad rayana en la penuria.

Sin embargo, hay un interesado en hacerse con ella. El Ayuntamiento de Hervías se ha puesto en contacto con la Seguridad Social para lograr una cesión «en principio durante cinco años, pero luego se podría hablar de otras posibilidades», según explican desde el Consistorio. El objetivo es habilitar la planta baja y el patio interior y dar cabida a una ludoteca estival y a un espacio cerrado donde poder realizar distintas actividades durante el resto del año.

Del coste de las obras se haría cargo el municipio, pero todavía esperan una respuesta del Ministerio que facilite una cesión entre administraciones. Estos trámites parece que van a ir más lentos, aunque desde Hervías no desesperan y confían en que sus peticiones sean atendidas para mejorar los servicios con los que cuenta el pueblo.

Pero el reloj ya corre para esas tierras que se ubican en términos como La Carrera, La Vilrraza, El Carril... Grandes extensiones dedicadas al cereal o a la patata que buscan un comprador... aunque la subasta también puede quedar desierta.

No se trataría de la primera ni de la última vez que sucede esto, lo que mantendría la inmovilización de los bienes de Miguel, algo recurrente sobre todo en zonas rurales, con propietarios que fallecen sin herederos o herederos que no quieren hacerse cargo de las tierras y rechazan las fincas. Si se vende, el dinero pasaría a engrosar los fondos de la Seguridad Social. ¿Llegarán esos fondos a ayudar a instituciones de cuidado de personas mayores, como deseaba Miguel? Una pregunta de muy difícil respuesta.