Un sector lastrado por la incertidumbre y en parada técnica y productiva

En las últimas semanas diferentes plantas dedicadas a la fabricación de vehículos o de neumáticos han comenzado a suspender turnos y sufrir paradas técnicas y de producción. Volkswagen en Landaben (Pamplona), donde a diario se desplazan operarios riojanos a trabajar en su cadena de montaje, canceló la actividad el lunes y volverá a hacerlo el viernes.

La escasez de semiconductores vuelve a tener un impacto importante y la factoría navarra, que tiene casi 5.000 trabajadores y representa un 6% del PIB foral, no puede terminar los vehículos. Tiene, de hecho, más de diez mil unidades sin acabar –a falta de la caja de cambios automática o la dirección asistida– e incluso ha tenido que recurrir a lugares fuera de Navarra, en concreto en el Puerto de Santander, para almacenar coches.

A una distancia similar de Logroño está la vitoriana Michelin, que también recibe todos los días trabajadores riojanos. Es la principal planta que la multinacional francesa tiene en España –representa un 3% del PIB vasco– y afronta un último cuatrimestre del año con serias dificultades por la caída de pedidos de los fabricantes de turismos. La actividad se suspenderá por completo los tres próximos fines de semana en los que dejarán de hacerse 132.000 neumáticos. 840 trabajadores, el 25% de una plantilla con 3.500 efectivos, se verán afectados.

En la capital alavesa, la otra gran compañía generadora de actividad industrial es Mercedes (5.000 empleos y el 5% del PIB vasco), que por el momento ha retomado la actividad tras el parón de agosto con mejores noticias ya que ha programado para trabajar todos los sábados de septiembre. La consigna en esta planta es clara: producir al máximo mientras haya suministro de chips.

Precisamente, problemas por falta de piezas ha vuelto a sufrir semanas atrás Stellantis en Figueruelas (Zaragoza), la antigua Opel –5.000 empleos y el 6% del PIB aragonés–, donde tuvo que suspender hasta cinco turnos por un contratiempo «grave, urgente e imprevisto». Portavoces sindicales reconocen que «en cualquier momento nos pueden decir que la distribución vuelve a fallar por lo tensionada que está la cadena».

La otra fábrica que tiene Stellantis en Vigo también ha tenido paradas de producción recientes, mientras que Ford en Valencia ha prorrogado el ERTE hasta el 31 de octubre por la bajada de producción ante la escasez de semiconductores. En total, más de 25.000 trabajadores de plantas fabricantes en España se ven afectados por las paradas. Y esto sin contar el impacto en la industria auxiliar, el que más se sufre en La Rioja.