«No hay nada más satisfactorio que ayudar a los niños que menos tienen»
Alberto Martín Ramos | Bar El Dorado ·
Alberto Martín Ramos | Bar El Dorado ·
Alberto Martín Ramos andaba hace ocho años detrás de la barra de El Dorado cuando gestó una idea sencilla pero ambiciosa. Por cada peluche que alguien llevara solidariamente, el bar les invitaría a una cerveza o un refresco. Al final de la campaña y coincidiendo ... con las fechas de Navidad, entregaría el material recogido para que pudieran disfrutarlo los niños más necesitados. «Todos andábamos un poco de bajón y fue una manera de darnos un impulso haciendo algo por los demás dentro de nuestras pequeñas posibilidades», rememora.
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El éxito fue inmediato y desbordante. El loable objetivo y la trayectoria de El Dorado –«el local lleva funcionando 30 años y somos una referencia no solo para clientes, sino para los vecinos del barrio o la gente que pasea por el centro de la ciudad»– han convertido la iniciativa en un clásico que ha ido perfilándose con el tiempo y ajustándose a las necesidades, siempre de la mano de una ONG u otras entidades para llegar a quién menos tiene. La campaña de este año tiene a Cáritas como aliado y unos productos muy concretos que puede aportar quien lo desee: pañales, toallitas húmedas y cereales. «Nos han dicho que es lo que más se requiere y esta vez no se demanda leche en polvo», especifica. El intercambio de la donación por una consumición también se ha modificado. «Hace un tiempo que ya no es así porque la coyuntura es muy complicada, pero todos lo entienden perfectamente; ojalá podamos hacerlo de nuevo en el futuro», explica Martín Ramos subrayando que las puertas del establecimiento están abiertas cada día en la calle Portales, 81 (excepto el lunes) a partir de las 17.00 horas para cualquiera que quiera aportar su granito de arena.
A falta de iniciar la campaña que se prolongará hasta el 31 de diciembre, la respuesta obtenida el año pasado ya anticipa que esta vez tampoco decaerá. «Estuvimos a punto de no convocar nada por el tema del COVID, las restricciones y las trabas sanitarias», recuerda. «Al final tiramos para adelante abriendo puntualmente, y la gente se volcó; las filas de gente esperando para hacer su donación eran enormes y conseguimos llenas siete furgonetas completas», comenta sin ocultar su entusiasmo por dar continuidad al proyecto y que los demás también lo compartan. «No hay nada más satisfactorio que ayudar a lo niños que menos tienen», reflexiona.
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