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Aunque el origen de los tercios españoles se remonta a las tropas del Gran Capitán, la campaña militar que España desplegó también en Italia, ... dos décadas más tarde, y que tuvo su culmen en Pavía, fue clave para las temidas unidades castrenses. El riojano Sancho de Londoño, el 'gran intocable', fue el teórico estratega que perfeccionó la eficacia de los tercios y los hizo invencibles durante el siglo XVI. Y si sus órdenes y consejos aportaron una estructura casi perfecta al Ejército español, sus libros no fueron publicados hasta décadas después de su desaparición: 'Discurso sobre la forma de reducir la disciplina a mejor y antiguo estado' (1589) y «Libro del arte militar' (1596).
Un tercio era una unidad de infantería española, compuesta de varias compañías, con un militar con título de maestre de campo al mando, y capitanes comandando cada compañía.
El tercio estaba integrado por soldados voluntarios, con oficiales nombrados por el rey, a diferencia de los regimientos, cuyos capitanes eran nombrados por el coronel que mandaba el regimiento.
Con vínculos nobiliarios en Hormilla, Briones o Agoncillo, Sancho de Londoño (Hormilla, c. 1515-Maastricht, Países Bajos, 1569) estudió en la Universidad Alcalá de Henares y dedicó su vida a la milicia y la literatura. Al servicio de Carlos V y Felipe II, combatió «en mil batallas y nunca fue herido, y se jactaba de que desde que entró en servicio, en 1542, no había perdido almena ni palmo de tierra donde se había encontrado y siempre bajo sus órdenes se habían ganado muchas plazas fuertes 'con poquísima efusión de sangre de amigos y mucha de enemigos'», según consta en la Real Academia de la Historia.
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