Un San Mateo tormentoso para continuar «un agosto muy húmedo»

Con un ojo puesto en el pasado verano, otro en el próximo otoño y los pies ya en San Mateo, Paloma Castro, delegada de la Agencia Estatal de Meteorología en La Rioja, ha analizado este jueves la meteorología de La Rioja.

El primer lugar, el presente, con San Mateo como objetivo para los logroñeses. «Existe cierto riesgo de lluvia para el cohete, pero lo más probable es que se salve de la lluvia», ha explicado Castro. Luego caerá y también los días posteriores. Por ejemplo, el 21 se presentará como «un día nuboso, con chubascos débiles o moderados» y la posibilidad de lluvia rozará el cien por ciento hasta el día 23. Durante estas jornadas, las mínimas serán relativamente altas (unos 15º) y las máximas rondarán los 24 ó 25 grados. Las mínimas bajarán el 24 y, al día siguiente, habrá una cierta estabilidad que se romperá «el 26 con otra vaguada de aire frío». «Hasta el veranillo de San Miguel, no habrá mucha estabilidad», ha incidido.

Serán unas jornadas marcadas por el agua, un inconveniente para los viticultores porque, en algunos casos, podrá ir acompañada por pedrisco en puntos localizados.

Este San Mateo prolonga un mes de agosto «extremadamente húmedo» y un comienzo de septiembre en el que también se han superado los registros medios («la media es de 26 litros por metro cuadrado y a estas alturas llevamos 56», ha incidido Castro).

El 13 de agosto fue la jornada que, en el caso de Logroño-Agoncillo, volcó los parámetros habituales de precipitación, ya que se recogieron 43,3 litros por metro cuadrado, lo que lo convierte en la jornada de agosto desde que hay registros en la que más llovió (la marca batida fue 30,9 litros el 17 de agosto de 1998). Eso llevó a la estación del aeródromo a «quintuplicar los registros medios en agosto». El resto del verano, en cuanto a precipitaciones, se mostró fluctuante: con un junio normal y un julio seco.

Respecto a las temperaturas, pese a la elevada pluviometría, Castró lo calificó de «muy cálido». Las medias en La Rioja sufrieron una anomalía positiva de 1,2º, que llegó a 1,4º en Logroño o Cenicero. «Es el cuarto verano más cálido entre los registrados», ha dicho la delegada de AEMET.

Las predicciones para el otoño son, todavía, complicadas, aunque los primeros indicadores permiten vaticinar que las temepraturas superarán las habituales. «Existe un 70% de probabilidad de que tengamos un otoño más cálido», ha incidido Castro. Respecto a las precipitaciones, no es posible aventurar nada, aunque el inicio de septiembre sí que ha sido más lluvioso de lo acostumbrado.

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