Samuel, en el país de los sucesores de Noé

En poco menos de un mes Samuel Ruiz Flanagan cogerá un vuelo que le lleve hasta Dilijan, una pequeña ciudad armenia, a más 5.100 kilómetros de distancia de Logroño. En concreto se desplazará hasta Dilijan College, miembro número 14 del movimiento United World Colleges (Colegios del Mundo Unido), donde cursará primero y segundo de Bachillerato Internacional durante los dos próximos años.

Samuel es un joven con alma inquieta. Tiene 16 años y desde hace unos cuantos ya tenía previsto que a esa edad le gustaría continuar su formación lejos, en otro país, fuera de España. Entonces era un deseo que gracias a su esfuerzo y tesón se verá cumplido. En agosto pasado empezó a poner los cimientos de su futuro. Una de sus primas, que vive en Inglaterra, le informó de los colegios UWC, un movimiento educativo global, que une a jóvenes de 155 nacionalidades en 18 centros repartidos en cuatro continentes.

Inmediatamente inició el proceso de selección. Lo hizo con el comité inglés porque al fin y al cabo había descubierto UWC a través de este país, le pareció lo más lógico continuar por esta vía. Cada comité elige a una serie de alumnos que después distribuye entre los distintos colegios «así se forma una mezcla de más de cien nacionalidades», explica.

Samuel, que había empezado a estudiar en el colegio de Navarrate y después en los centros de Medrano y La Laboral, en Lardero, para acabar la ESO en el Rey Pastor, en Logroño, se presentó a la primera de las pruebas que le exigían para pasar una criba inicial. Como él había otros 400 aspirantes más. Tuvo que contestar primero a una serie de cuestiones personales y luego se enfrentó a unas cuantas preguntas para conocer cómo se desenvolvía en distintos ámbitos. Una de estas preguntas, recuerda, era «si tuvieses que hacer un documental, ¿sobre qué lo harías?». Samuel propuso «la falta de noticias buenas» ¿Por qué? «Porque -explica- es importante informar, pero a veces el mundo se pinta un poco pesimista». Tras esta, una nueva prueba, debían citar algún momento de superación «de ayudarte a ti mismo o a otras personas».

Sobra decir que pasó la primera fase. Y como él otros cien jóvenes, más o menos. La primera selección estaba hecha y debían presentarse a una segunda fase. Un día entero en un colegio de Inglaterra encadenando entrevistas, juegos en grupos... En agosto había iniciado el proceso, en diciembre había pasado la entrevista y en marzo le dijeron que era uno de los elegidos. Sólo 40 llegaron hasta el final.

Entonces le dijeron su destino, Dijian, en Armenia. Ni siquiera sabía ubicarlo en el mapa con precisión. Varias búsquedas en Google después ha descubierto que es un país «increíble, con mucha historia y con un campus que está muy bien».

En ese campus pasará los dos próximos cursos. Lo que hará después es todavía una incógnita. Lo único que tiene claro de momento es que irá a la universidad y quizá, sólo quizá, intentar ir a la universidad de Oxford para hacer Filosofía, Política y Economía «aunque ya veremos, todavía es pronto», matiza.

Samuel aclara que nunca ha sido un estudiante de diez, ni siquiera de nueve, más de siete u ocho. De hecho, cuando presentó su solicitud para los Colegios Unidos del Mundo, lo hizo con una media de 7,6 y «ahora con la motivación de que me hayan admitido he terminado con un 8,2», explica a punto de emprender viaje primero a Inglaterra y a Armenia después.