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Un nuevo enemigo legal en el aire en forma de vapor. Cigarrillos electrónicos, vapeadores, cachimbas... El caballo de Troya hacia el tabaquismo juvenil, según algunos expertos, galopa desbocado a lomos de las inversiones millonarias de la industria tabaquera, de la innovación a través de ... diseños cada vez más atractivos en formatos, aromas y sabores; del apoyo de muchos 'influencers' desde las omnipresentes redes sociales... Y, a la vez, de la falsa creencia sobre su inocuidad y la casi absoluta ausencia de obstáculos en forma de aún demasiadas lagunas legales.
La preocupación de las autoridades sanitarias crece al mismo ritmo que la extensión de su consumo y, por ello, los neumólogos, los médicos de Atención Primaria, la Consejería de Salud y entidades como la Asociación Española contra el Cáncer han decidido lanzar su voz de alarma, un mensaje que ha resonado aún con más rotundidad en los últimos días en la comunidad con la celebración de la vigesimocuarta Semana sin Humo, organizada por la Escuela de Salud del Gobierno de La Rioja y la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria, en el marco del Día Mundial Sin Tabaco, conmemorado el pasado 31 de mayo.
La inquietud no flota ya solo en forma de volutas de humo, sino también con esas bocanadas de vapor cada vez más habituales, sobre todo entre la población más joven, a la que se quiere enviar un mensaje inequívoco: «Mejor el paseo que el humo o el vapeo».
En el caso de los estudiantes de Enseñanzas Secundarias, los adolescentes de entre 14 y 18 años de edad, según los datos nacionales del informe Estudes 2021, último disponible en el Ministerio de Sanidad, reflejan que, al igual que entre la población adulta, el tabaco se mantiene como la segunda sustancia psicoactiva con mayor prevalencia de consumo en esa franja etaria después del alcohol. Con una edad media de 14,1 años en el primer contacto con el tabaco y de 14,6 de inicio en el consumo diario, el 38,2% de los alumnos de la ESO han fumado tabaco alguna vez, el 30,7% en el último año, y el 23,9% en el último mes.
91,8% de los adolescentes
que ha vapeado considera muy problemático fumar un paquete de tabaco al día, una tasa que cae al 44,1% en el consumo moderado de cannabis.
16,2% de los que han probado el cigarrillo electrónico
lo perciben como una conducta de riesgo y solo el 28% de los que no han probado el vapeador.
Pero el vapeo ha comenzado a esprintar. El consumo de cigarrillos electrónicos realizado alguna vez en la vida por los estudiantes de 14 a 18 años es del 31,6% en la región, uno de cada tres adolescentes riojanos, todavía ligeramente por debajo del registro nacional, que ya se sitúa en el 44,3%, con mayor prevalencia entre los chicos que entre las chicas, aunque en ambos grupos aumenta con la edad, registrándose la más elevada a los 18 años con un 58% en hombres y 49,4% en mujeres. Entre los jóvenes de la comunidad, las tasas oscilan entre el 37,9% entre el sexo masculino y el 25,8% del femenino.
Respecto al consumo en los últimos doce meses, el dato riojano se sitúa en el 9,6%, el más bajo del país y más de 13 puntos por debajo de la media nacional, fijada en el 22,6%. También en esta variable, tanto en la región como en el conjunto del Estado, la prevalencia es ligeramente mayor entre los chicos que entre las chicas: 10,0% frente al 9,3% en la comunidad; y 25,2 y 20,4% en el país.
Pero más allá de los consumos, hay un capítulo aún más alarmante, el de la percepción de riesgo entre el alumnado de Secundaria respecto a las sustancias legales o más aceptadas socialmente.
Así, al ser consultados sobre si consideran que el consumo de estas sustancias pueden ocasionar problemas, la percepción de riesgo es mucho más alta con el tabaco que frente al cannabis y muy baja respecto al vapeo. En el estudio del Ministerio se distingue entre los adolescentes que han probado el cigarrillo electrónico y los que no y, en ambos casos, la sensación de riesgo supera el 90% al ser interrogados sobre el tabaco, con el 91,8% entre los primeros y el 96,6 entre los otros. En cuanto al consumo habitual de hachís o marihuana los jóvenes también mantienen la guardia alta –84,4% entre los vapeadores y 92,3% entre los que no–, pero la sensación de peligro se reduce cuando el uso del cannabis es esporádico –44,1% entre los que han usado cigarrillos electrónicos y 59,3% entre los que no– y se desploma, de hecho, con los propios vapeadores, con una tasa de solo el 16,2% entre los que los han usado y del 28% entre el resto de los estudiantes.
El consumo de cigarrillos parece moderarse en La Rioja después de un inesperado repunte vinculado, al parecer, al confinamiento pandémico. El descenso en las ventas en el primer cuatrimestre de este año, aún no intenso, rompe una tendencia al alza iniciada en 2021, la primera después de que las normativas antitabaco minaran en cada ejercicio, desde 2008, la comercialización de los pitillos, en aquellas fechas en más de 27,8 millones de cajetillas.
Según el Comisionado para el Mercado de Tabacos del Ministerio de Hacienda, las ventas ascendieron en La Rioja entre enero y abril de 2023 a 5.539.110 cajetillas de 20 cigarrillos, el 3,37% menos que en el primer cuatrimestre del pasado año, con 4.697.351 paquetes comercializados. La caída, por encima de la media nacional, -2,88, es la séptima más alta de España, tras Castilla y León, con -5,54%; Madrid, -5,16%; Cantabria, -3,91%; Asturias, -3,85%; y Aragón y Murcia, ambas con -3,73%. De hecho, en el conjunto del país, la única comunidad con incrementos ha sido Baleares, con un alza de 1,39% hasta abril.
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