Julia Rioja | Primera vacunada en La Rioja

«Cada vez que salía algo del covid, salía la Juli»

Julia pensó que al recibir la primera dosis dejarían de tener que «meterse el palito en la nariz», pero no fue así, los test de antígenos se quedaron durante meses

Carmen Nevot

Logroño

Jueves, 2 de marzo 2023, 07:27

Inmersos en la segunda ola del covid, la vacuna se había convertido en la esperanza para poner fin a la pandemia. Las farmacéuticas habían emprendido una carrera de fondo para dar con la solución y el domingo 27 de diciembre de 2020, al unísono en ... todas las comunidades, arrancó la campaña de vacunación. Los primeros destinatarios fueron los que con más virulencia habían sufrido esa primera embestida del virus: los usuarios y los trabajadores de las residencias. En La Rioja, Julia Rioja, cocinera del hogar Madre de Dios de Haro fue, junto a Javier Martín, residente del mismo centro, la primera en recibir la dosis. Lo hizo bajo los flashes de las cámaras que inmortalizaron el momento.

Publicidad

Poco acostumbrada a vivir bajo los focos, ahora confiesa que protagonizar aquellos instantes le dio cierto apuro. «Salí en todos los periódicos, en todas las televisiones y en todos los sitios. Durante una temporada, cada vez que salía algo de covid, salía la Juli, pero bueno, lo llevé bien», relata.

Buena parte del planeta se había encomendado a la vacuna, Julia también. Pensó que les iban a quitar «el dichoso palito de la nariz». Todas las semanas les hacían test de antígenos y «eso era horrible», describe. Al final no fue así, el «palito», como así lo llama, siguió siendo obligatorio para mantener a raya el covid. Hasta entonces ningún residente se había infectado, meses después no lo pudieron evitar.

La rutina y un estricto protocolo evitó males mayores. «Fue un periodo bastante fastidiado porque había que estar todo el día con mascarilla y yo trabajaba en la cocina con todos los calores».

A diario extremaban las precauciones: «Tuvimos a los abuelitos confinados en las habitaciones y les llevábamos la comida en bandejas a sus habitaciones, pero antes nos teníamos que poner los EPI. Fue horrible».

Dos años después, Julia, jubilada desde mayo de 2022, ve esos momentos como una pesadilla que pasó, «gracias a Dios», y ahora «es una anécdota para contar». Sigue visitando la residencia para ver a sus abuelitos. «Ahora están bien, es lo principal porque lo pasaron muy mal», recuerda.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad