Cumplimentó su primer examen de oposición con una máquina de escribir. Casi medio siglo después, ha recibido el homenaje a su jubilación vía 'on line'. Esta última circunstancia se debe a la excepcionalidad provocada por la crisis del coronavirus, pero no por ello resulta ... menos representativa de los mucos cambios que de manera necesaria Mila Torrecilla (Logroño,1954) ha sido capaz de asumir a lo largo de su trayectoria profesional.
Esta riojana ha dedicado toda su carrera, durante 48 años, al ámbito administrativo y, en concreto, la mayor parte de ella a la Universidad de La Rioja; institución que vio nacer. De hecho, formó parte del equipo de profesionales que la puso en marcha hace ya 28 primaveras, «con muchas horas de trabajo y no pocas dificultades», destaca. Por entonces, ya trabajaba para la Universidad de Zaragoza en Logroño. Integrada en el equipo que diseñó los inicios del campus riojano como jefa de la sección de Personal, ya había ejercido también como parte clave en el equipo de administración de la Escuela de Ingeniería de la capital.
Corría el año 1974 cuando esta logroñesa, que se define a sí misma como «muy inquieta y apasionada del trabajo en equipo», superaba la primera prueba para acceder a un puesto de auxiliar en la Administración General del Estado. A partir de entonces y siempre motivada por su constante empeño por acceder de forma progresiva a la escala superior y «con muchas horas dedicadas al estudio», Mila logró superar oposición tras oposición (la última prueba la realizó en 2010, a los 56 años) hasta alcanzar lo más alto en el escalafón administrativo del ámbito público. «Cuando el reto es tuyo, lánzate», se ha repetido siempre. Y así lo ha hecho.
Servicio de Investigación
Esta logroñesa, a la que el coronavirus no ha impedido recibir el merecido homenaje de la Universidad de La Rioja por su reciente jubilación (aunque en e tuviera que celebrarse en una ceremonia vía Internet), culminó sus últimos años dentro de la institución como jefa del Servicio de Investigación.
Experta conocedora de este ámbito lamenta que «a pesar de que en nuestra universidad tengamos muy buenos laboratorios e investigadores del máximo nivel, no se les deje dedicarse en exclusiva a esta tarea tan fundamental y se les obligue a perder muchas horas de papeleos y justificaciones, al tiempo que sufren recortes y más recortes».
Respecto al escenario actual, no lo duda: «La UR saldrá más reforzada después de esta crisis porque tiene capacidad para adaptarse con facilidad a los cambios». Mila Torrecilla defiende que «además de poseer una buena estructura y sólidos cimientos, su tamaño va a resultar un gran punto a favor». «Que a nadie le quepa la duda de que así será», concluye de forma categórica.
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