«Los salarios no pueden ser los únicos paganos de la crisis»

– ¿En que situación ha quedado nuestro país tras la sucesión de expedientes temporales?

– En términos socioeconómicos y laborales, España ha salido de la última crisis, la pandémica, en condiciones muy distintas a las anteriores, que se habían resuelto con un intenso proceso de destrucción de empleo y devaluación salarial. Con la herramienta de los ERTEs y una política concertada e intervencionista del Estado y los acuerdos de diálogo social, logramos sujetar tres millones de empleos y evitar el cierre de un número incontable de empresas. Si lo unimos a la subida del Salario Mínimo Interprofesional y a una reforma laboral que ha multiplicado por cuatro el porcentaje mensual de contratación indefinida, hemos salido de la última crisis de manera inédita y positiva en términos de justicia social y económica porque recuperamos en menos de dos años los 20 millones de cotizantes que nunca habíamos tenido,

– Aunque el escenario a corto plazo, ya ni siquiera a medio, vuelve a tener nubarrones.

– Así es porque ahora tenemos que afrontar una segunda crisis de manera consecutiva, la de precios, y han vuelto las dificultades. De momento no estamos en recesión ni hay previsión de ello pero la incertidumbre es inmensa. La crisis es geopolítica y genera un aumento de precios, una reducción acelerada de los salarios y eso ralentiza la economía. La gran incógnita es saber cuánto va 'a durar la guerra y cómo va a afectar a la economía y a la evolución del empleo, que es la variable que mejor se comporta.

– ¿Habrá subida salarial o conflicto sindical en la calle?

– Parece inviable un acuerdo general de cómo orientar la negociación salarial de los distintos convenios colectivos. Y la cerrazón de la CEOE nos obliga a llevar la movilización a cada convenio ámbito para evitar que los salarios sean los únicos paganos de la crisis de precios. Por ello hemos convocado una gran movilización el 3 de noviembre en Madrid para visualizar esa denuncia de la actitud de las organizaciones empresariales.

– ¿Y prevén una huelga general?

– Ahora mismo no es el escenario que tenemos en mente. Porque las políticas que dependen del Gobierno en cuanto a pensiones, al acuerdo en la Función Pública o al Salario Mínimo Interprofesional, a ver cómo se cierra esta negociación, se están resolviendo de manera relativamente satisfactoria. Una huelga general que tiene una vertiente más sociopolítica no tiene encaje. Aquí se trata de disputar cómo se distribuye la riqueza a través de los salarios y eso se hace con convenios colectivos.

– ¿Cuándo volverá a sentarse la CEOE a la mesa de negociación?

– La cuestión no es cuándo sino con qué propuestas. El problema de la posición de la patronal no es que no se siente sino que se niega a cualquier compromiso para que los salarios no paguen la crisis. Planteamos unas subidas razonables entre 2022 y 2024 pero acompañadas de compromisos de garantía y que cuando la inflación empiece a declinar el próximo año y el siguiente esa mejora en los resultados de las empresas se traslade al salario. Pero si CEOE solo busca que avalemos una firma de un acuerdo que valide una devaluación de los sueldos entre el 12% y el 15%, va a encontrar conflicto.

– Su compañero al frente de UGT, Pepe Álvarez, dijo el lunes en Logroño que los empleados públicos en España están muy mal pagados en comparación con el sector privado. ¿Lo comparte?

– Más allá del tópico, en muchos casos los salarios de la administración pública son medios o medio-bajos. Aunque es cierto que existe una estabilidad en el empleo superior al sector privado si excluimos la utilización abusiva de la figura de los interinos.

– ¿Y secunda la iniciativa de UGT-La Rioja de reducir la jornada semanal laboral de los funcionarios a 32 horas y 4 días?

– Acabamos de firmar un acuerdo a nivel nacional en materia de función pública donde se recoge la jornada de 35 horas –implantada ya para los empleados públicos riojanos– y a ella nos referenciamos. Tan importante como el cómputo de la jornada es la distribución del tiempo del trabajo y nos preocupa mucho también la calidad de la atención al ciudadano.