El Sáhara contra los paneles solares
Borrasca Celia ·
La calima y la lluvia de barro reducen el rendimiento de las placas, aunque los expertos descartan un gran impacto
Las plantas solares se han visto también afectadas por la lluvia de barro que está dejando la borrasca Celia. Un fenómeno atípico que ha llegado con una intensidad nada habitual, como reconocen en la empresa riojana de renovables Aresol, si bien los efectos a priori, ... dicen, no son destacables. Aunque su director comercial, Diego Luezas, también apunta que nunca había visto sobre La Rioja una lluvia de barro como esta. «El impacto en las placas solares en principio no debe ser mucho porque se circunscribe a pocos días y su duración es limitada. Las partículas llegan de las nubes y lo hacen igual que en un día normal de lluvia», relativiza e incide en que, además, «estamos en unos días en los que la presencia del sol en nuestro territorio es muy limitada». Por ello considera que la generación de energía no se verá muy afectada. La estampa inédita de estos días tiene los días contados: «La calima forma parte de una borrasca. El primer frente viene cargado de polvo y luego lo habitual es que llegue un segundo frente cargado de lluvia limpia, que arrastra el polvo en suspensión y que ahora vemos acumulado por todas partes. En La Rioja ya están anunciadas estas lluvias para las próximas horas».
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Las lluvias de este tipo generan cantidades de barro que requieren una limpieza especial. A este respecto, desde Aresol avisan de que no hay que hacerlo de cualquier manera. «¡Ojo con la limpieza de las placas solares! La arena que se arrastra es polvo que lleva partículas de sílice y raya el vidrio», advierte.
No es una catástrofe, pero este fenómeno meteorológico, más habitual en zonas del sur y en las islas Canarias, está limitando la producción de energía de algunas empresas riojanas. Tamara, gerente de la champiñonera pradejonera Garper Champ, analiza su situación: «El sábado, día 12, alcanzamos un autoconsumo eléctrico del 35%, frente al 4,7% del martes. Nuestra media anual de ahorro es del 23%», señala confiada en que este fenómeno desaparezca para no seguir dependiendo de la red general, un enganche por el que pagan cinco veces más. «Aun con días nublados, con las placas ahorramos un 15%». La calima ha reducido también la electricidad que generan las placas solares en Bodegas Riojanas entre un 15 y un 20%. Es el cálculo que realizan en esta instalación, donde hace tiempo apostaron por el desarrollo de las energías renovables, un acierto –aseguran– «teniendo en cuenta el precio al que se está pagando el kilovatio». Se reconocen dependientes de la energía del sol y, si no llueve, encargarán con urgencia medidas excepcionales de limpieza.
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