«No sacrificaré mi proyecto y mi programa por un voto, nunca pactaría con Vox»

– Dígalo ahora, ¿qué es lo que menos le ha gustado?

– Utilizar los recursos de los riojanos y el Gobierno, que tiene unas funciones y un cometido como es la gestión del día a día de los ciudadanos, para solventar cuestiones políticas. Porque cambiar al 90% de los cargos para aunar el poder político de su partido es inaceptable desde el punto de vista ético, más allá de generar inestabilidad.

– Hagamos política ficción. Pierde las elecciones, ¿seguiría al frente del PP o volvería a echarse a un lado?

– Siento decirle que no contemplo esa posibilidad. He venido para ganar y para que nuestro proyecto sea el que gobierne La Rioja en el futuro.

– Y si su lista es la ganadora pero necesita a Vox para gobernar, ¿pactaría con ellos?

– Lo que no voy a hacer es lo que hizo el PSOE en las anteriores elecciones. Y por un voto para tener el poder y el gobierno no voy a sacrificar el proyecto, el programa ni los intereses de los riojanos. Es un mercadeo y un fraude de ley, a pesar de la aritmética parlamentaria y de que es un gobierno legítimo salido de las urnas. El coste que ha tenido para los riojanos crear consejerías para ubicar a una persona tránsfuga yo no lo permitiría nunca.

– ¿Su respuesta es un no? ¿No pactaría con Vox? ¿Preferiría quedarse en la oposición?

– He dicho que nunca lo haría y soy una persona de palabra.

– Usted fue consejero de Educación, Cultura y Turismo, una de las que ha cambiado a su titular en esta legislatura y que ha sido objeto de críticas por la oposición. ¿Qué se puede mejorar?

– Lo que tampoco nunca haría es orientar las políticas educativas de una comunidad contra nadie. Cuando uno gobierna, no se puede pensar sectariamente ni ideológicamente. No puedes hacer nada contra una educación que da un servicio público. El mundo de la cultura está poco atendido y una de las primeras reuniones que tengo programada es con las industrias culturales. Y en materia turística, ahora La Rioja tiene una oportunidad tremenda con los fondos Next Generation. Se habla de la lucha contra la despoblación en el mundo rural y muchas de las oportunidades de los pueblos pasan por potenciar esos recursos turísticos y recuperar patrimonio. Por ello, en mi proyecto de campaña Cultura y Turismo van juntos y también la lengua española, porque creemos que había que simbolizar el potencial a torno a nuestra lengua.

– Si es presidente de La Rioja, ¿subirá o bajará impuestos?

– Lo que yo no entiendo es que no se hayan bajado aún. Muchas comunidades autónomas del PSOE han optado por bajar impuestos y lo que tengo claro es que siete meses parece poco tiempo –en alusión a lo que resta de legislatura– aunque desgraciadamente puede ser tarde para muchas familias y mucha gente. He visto facturas de la luz de restaurantes en pueblos cuyo importe ha pasado de 1.000 euros a 3.000 este verano y ahora paga 5.000. Y dicen que van a tener que cerrar tras cincuenta años y despedir a los seis trabajadores. Se habla mucho de las ayudas de la ADER, pero ¿cómo no puede haber ayudas directas a aquello que da riqueza a un municipio? Y si la recaudación del Gobierno de La Rioja por el aumento de la inflación va a pasar de 750 millones a más de 900, ¿cómo no se pueden tomar ya medidas fiscales o rebajar la factura de hogares y negocios? ¿Qué se va a hacer con ese dinero, propaganda electoral durante siete meses, acciones que se quedan en el aire?

– Hemos asistido esta semana a un nuevo capítulo en la polémica por la creación de la denominación 'Viñedos de Álava'. ¿Cómo debería actuar el Gobierno?

– El sector vitivinícola es la joya de la corona y hay que mimar, cuidar y proteger. Y cuando hay injerencias políticas que afectan gravemente, hay que poner todos los mecanismos de acción y resistencia para que no se produzcan. No nos lo podemos permitir. Y La Rioja debería ser contundente y su Gobierno demostrar el peso que tiene en España, levantar la voz y actuar en privado y en público.

– Siempre se ha visto que los presidentes de La Rioja han tenido dificultades para oponerse a los máximos responsables de sus partidos, pero en los tiempos del liderazgo incontestable de Pedro Sanz al frente del PP riojano a su padre siempre se la asignó la etiqueta de alcalde 'incómodo' que decía lo que pensaba. ¿Seguirá usted esa línea?

– Mi padre ha sido para mí un ejemplo. Como alcalde hacía lo que tenía que hacer. Y yo seré fiel, haré lo mismo por convicción. Efectivamente, él era incómodo pero luego ganaba las elecciones y por mayoría absoluta. Era querido por sus ciudadanos y yo como presidente, si no tengo ese respaldo, no querré el apoyo de ningún presidente nacional ni de ningún partido político.