«No sabes si ayudas tú o te ayudan a ti»

Nunca es buen momento para quedarse sin trabajo. Nadie quiere pasar por un trance así. Pero menos cuando la edad del trabajador está más próxima a la jubilación de lo que uno desearía. Es lo que tuvo que afrontar hace casi dos años Valentín Quintana, un logroñés que superados los 55 se quedó en la calle. El problema no le arredró, sino todo lo contrario: hoy, con 59 años, tiene un trabajo gracias al programa de reinserción 'Incorpora' de YMCA y ejerce de voluntario en la misma entidad.

- ¿Cómo llegó a YMCA?

- Lo conocí hace poco más de un año a través del Servicio Riojano de Empleo, donde estaba apuntado en búsqueda de empleo. Allí me informaron de que había un programa de reinserción laboral, llamado 'Incorpora', para el que fui seleccionado con el objetivo de reincorporarme al mundo laboral.

- ¿Cuánto llevaba en paro?

- Cerca de un año. Hasta entonces nunca había sido empleado, sino empleador, era autónomo. Por circunstancias de la vida, las cosas no me fueron todo lo bien que yo hubiera querido y tuve que cerrar los negocios que tenía. Y tuve que dar ese salto y pasar al mundo laboral por cuenta ajena.

- Notaría un gran cambio.

- Fue totalmente nuevo. Pasé de estar de un lado de la barra al otro, por usar un símil. Con la ayuda de YMCA, he encontrado trabajo en una empresa y estoy contento, porque ahora no tienes las mismas responsabilidades. De alguna manera, ahora cuando sales te olvidas un poquito. Cuando eres autónomo y tienes tu empresa, estás siempre conectado. Aquí, cuando sales de trabajar, desconectas y te olvidas.

- Usted logró su actual empleo gracias a la labor del programa 'Incorpora', ¿en qué consistía?

- Ellos, los tutores, lo que hacían era ayudarte a adquirir habilidades para desarrollar tu trabajo de la mejor manera posible y para encontrar un empleo. Hacíamos un poquito de todo. En nuestro caso, la tutora, María, nos iba guiando: el curso, que era una aceleradora de empleo, era bastante amplio y completo. Duró varios meses y al final había dos proyectos en los que se puso énfasis para que salieran adelante; trabajamos todos en ellos independientemente del perfil de cada uno. Se trataba de encontrar aquello que a ti te podía servir para trabajar.

- ¿Qué supuso el programa 'Incorpora' a nivel personal? Tras una vida como emprendedor, el cambio sería complejo.

- Era un reto porque mi experiencia no tenía nada que ver con mi trabajo actual. He adquirido unas habilidades que antes no tenía porque desarrollaba otras funciones distintas. Ha supuesto un reto y una forma de progresar como persona.

- ¿Qué destacaría del programa 'Incorpora'?

- Gracias a YMCA, había mucha motivación porque era un grupo consolidado. Antes no nos conocíamos y fue bastante ameno y enriquecedor. Fue algo que yo no me esperaba. No fue algo clásico en el sentido de que vas a una clase y te explican una serie de cosas, sino que te relacionabas con las personas con las que estabas. Y a través de las prácticas, nos conectábamos unos con otros. La verdad es que todavía seguimos manteniendo relación con la tutora y entre nosotros.

- O sea, que no sólo se articulan relaciones profesionales.

- Aparte de lo profesional, he conocido gente con la que sigo teniendo relación; quedamos para cenar, para tomarnos unos vinos... También en este aspecto ha sido enriquecedor.

- Y una vez trabajando, se anima a participar en el voluntariado de YMCA, ¿cómo surge esa colaboración?

- A veces las cosas se nos ponen delante sin buscarlas. Me ofrecieron la posibilidad de ayudar a otras personas y entendí que era un buen momento, disponía de tiempo para hacerlo y tenía unas habilidades para compartir. Creo que aquello que no se comparte se pierde.

- ¿Desde cuándo es voluntario?

- Pues desde hace algo más de un año. Al principio estuve dando clases de castellano o de iniciación al español, iniciación a la alfabetización. Y luego estuve dando clases de yoga a gente muy jovencita.

- Después de la experiencia en 'Incorpora', ¿qué le aporta su labor como voluntario en YMCA?

- Yo creo que es una manera de sentirse útil y de ser útil para los demás. Uno se siente mejor cuando puede ayudar a los demás. No sabes en qué medida si eres tú el que ayudas o eres el ayudado. Mucha gente voluntaria con la que hablo piensa igual: no sabes si ayudas tú o te ayudan ellos a ti. Se difumina la idea de quién es el que aprende, si ellos o tú.

- ¿Es un buen gancho para el que se plantea convertirse en voluntario?

- Yo creo que sí. Es una manera de concienciarse. Hoy en día hay muchas necesidades y necesitamos de mucha ayuda externa, para comprometernos con la situación global que existe actualmente.

- ¿Siente que su labor de voluntario devuelve en cierta forma lo que en su momento le proporcionó 'Incorpora' a través de YMCA?

- Está todo íntimamente relacionado, es como un toma y daca. En su momento, me apunté a hacer voluntariado porque me pareció idóneo compartir esas experiencias que yo había tenido. Como español, no me resultaba difícil transmitir el idioma. Y creo que he ayudado a que otra gente aprenda a desenvolverse, que muchas veces lo echamos en falta: cosas que a nosotros nos parecen sencillas, a otros les puede generar dificultades. Y me sentí bien haciéndolo. Y enseñando yoga, que lo practico desde hace bastantes años, también. Y es que al final, el voluntariado reporta más beneficios de los que uno cree.