Los riojanos viajan el doble a Madrid que a Cataluña

En la semana del 11 al 17 de marzo –sin festivos– los habitantes de La Rioja realizaron un total de 5.548.418 viajes, según este estudio, y 5.321.313 se hicieron por la geografía de la región, a un promedio de más de 800.000 de lunes a viernes y que baja los fines de semana –691.132 el sábado y 601.591 el domingo– debido a que en esos dos días cae la actividad laboral y educativa, aunque aumentan los viajes por ocio.

En base a este recuento aflora una conclusión rápida: la necesidad de tener una red de infraestructuras en las mejores condiciones posible para soportar este elevado volumen de desplazamientos. Carreteras en buen estado o líneas de transporte en autobús que cubran esa demanda se convierten, por lo tanto, en prioridades, más allá de propuestas como la que lanzó a través de estas páginas Iñaki Barrón de Angoiti. El consultor y asesor ferroviario planteaba hace un mes al Gobierno regional «la posibilidad de una línea de tren Haro-Logroño-Alfaro» para dar servicio a toda la comunidad. «Con un tren eléctrico sería relativamente barato y se llegaría a una capacidad de unas 300 plazas, similar a lo que tienen ahora seis autobuses», explicaba.

Fuera de los límites de La Rioja, los territorios vecinos de Navarra y País Vasco son los destinos preferentes hasta el punto de concentrar 191.549 viajes de los 227.105 realizados a otra región (el 84,3%). Priman los desplazamientos por cuestiones de trabajo y de estudio.

Castilla y León y Aragón, comunidades también vecinas –incluso limítrofe en el caso de la primera– de La Rioja, completan las cuatro primeras posiciones en cuanto al destino de los movimientos realizados por los riojanos. Y después aparece Madrid, con 4.123 viajes en una semana, de ellos más de 1.300 en viernes. En cambio, a Cataluña la cifra de desplazamientos llegó a 1.906 de lunes a domingo.

Con lo que cobra fuerza la reivindicación que lidera el Ejecutivo de Capellán, con un respaldo notable a nivel de región, de reclamar más servicios ferroviarios con Madrid y la obligación de servicio público para el vuelo de Agoncillo a Barajas, por encima de mejorar las conexiones con Barcelona y Cataluña.