Los riojanos lideran el consumo de aceite de oliva a pesar de sus precios históricos

Sobre la mesa se encuentra la inminente eliminación del IVA en estos productos desde el 1 de julio hasta el 30 de septiembre. A partir de esa fecha y hasta final de año, el impuesto se situará en un 2%. Desde 2025, el aceite de oliva se incluirá entre los alimentos básicos con un IVA del 4%. Cabe recordar que en 2023 el bocado fiscal pasó del 10 al 5%. Pese a estas rebajas, el precio se mantiene en cifras históricas.

Y ese aumento tan perceptible en la economía doméstica se refleja claramente en las despensas. El 'Panel de consumo alimentario' que elabora el Ministerio de Agricultura señala que, en la última década, cada riojano ha pasado de consumir 10,14 litros de aceite de oliva a 8,91, lo que supone una caída del 12,2%.

A pesar de esta reducción, los riojanos son los españoles que en 2023 más aceite de oliva (tanto virgen extra, como virgen o refinado) compraron. El pasado año se alcanzaron esos casi nueve litros, 2,7 más que la media española. Solo Cantabria (8,35 litros por persona) y País Vasco (8,24) siguen la estela de los riojanos y se animan a continuar comprando aceite de oliva pese a la barrera que supone el precio.

En España las caídas han sido notablemente superiores a las registradas en La Rioja, llegando al 14,9% en solo un año, según el Ministerio de Agricultura.

Los riojanos, a pesar de los altos costes, han mantenido su apuesta por el zumo de la oliva y, además, en sus variantes prémium, es decir, eligiendo el virgen extra o el extra: de los 8,91 litros per cápita, 5,26 pertenecían a estos tipos, que son precisamente los más caros.

El beneficiado de este descenso en los aceites de oliva han sido el de girasol y otros aceites vegetales. En el primer caso, repunta después de haber superado su brutal subida de precio asociada a la guerra de Ucrania y recuperado los valores prebélicos. Casi seis veces más baratos que el de oliva en los lineales, el de girasol mantiene su hueco en las cocinas riojanas.

En 2023, el aceite superó la barrera de los cinco euros y en 2024 previsiblemente escalará más. El precio medio del aceite el pasado año sobrepasó los 5 euros, aunque en el caso de los de oliva en La Rioja se llegó a 6,33 por litro. Eso lo marca la estadística, pero la realidad es aún más cruda. Desde la Denominación de Origen Protegida Aceite de Rioja se señala que en apenas tres años se ha pasado de unos 3,5 euros por litro a casi diez, es decir, el triple.

Esa media de 5 euros (que incluye todos los tipos de aceite) es un récord que se ha percibido en las carteras. Nunca antes los riojanos habían gastado tanto en aceite, con una media de 64,79 euros por cada miembro del hogar. Solo los gallegos gastaron un poquito más que los riojanos hasta llegar a 65,6 euros. En España, la media se quedó en 45,4 euros. Como dolorosa curiosidad, tres años antes, en 2020, cada riojano había desembolsado 31,6 euros en productos oleicos, menos de la mitad.

Pero la bajada del consumo de aceite supera una puntual relación con el precio. Esta es una razón, pero también existen otras muchas. El cambio de hábitos alimentarios, el auge de la comida precocinada, la aparición de elementos como las freidoras de aire, nuevas formas de hostelería... Una tormenta con la que es muy difícil de lidiar cuando se acompaña del factor económico y que a muchos expertos hace dudar del futuro de la tan valorada y defendida dieta mediterránea, especialmente entre los jóvenes. Porque el aceite de oliva también sabe de edad: los consumidores mayores no dudan en seguir comprando, mientras los jóvenes se alejan de este mercado.