Capellán define a La Rioja como un «proyecto colectivo de rico pasado y espléndido porvenir»

Gonzalo Capellán se estrenaba en el Día de La Rioja. Hace justo un año, acudía a San Millán de la Cogolla como presidente electo, pero Concha Andreu ostentaba aún el mando del Ejecutivo en funciones. Fue esa una celebración con mucho morbo, más que la protocolaria de esta ocasión. También resultó la de este domingp más íntima por la previsión de lluvia, bajo techo, sin el espectacular escenario que brinda el patio de Yuso aunque al abrigo de un cenobio con siglos de historia. Y en jornada electoral. Otro Día de La Rioja más, con palabras presidenciales, galardonados y protocolo, pero diferente.

El presidente cerraba el acto con un discurso abierto con ese protagonismo musical que dieron antes la Orden de la Terraza o el cantautor Emiliano Valdeolivas, que otorgó sentida armonía al Códice 60, a las Glosas. Acordes de historia y reivindicación.

«Historia, cultura, territorio, sentimiento, futuro. Cinco principios, cinco valores que, si se ubicaban sobre las líneas del pentagrama, constituirían la escritura musical que servirá para interpretar el proyecto de futuro que deseaba construir junto con todos los riojanos», iniciaba melodioso Gonzalo Capellán sus palabras, pasando a un nuevo término. «'Somos' expresa con claridad no solo que existimos como realidad colectiva desde hace tiempo, sino también que el sentimiento de ser riojanos está formalmente reconocido desde la aprobación de nuestro Estatuto de Autonomía», subrayaba recordando el impulso regionalista al que, regresando de nuevo a la música, Carmen, Jesús e Iñaki hicieron canción.

Palabras que resumen un legado que Capellán recorrió desde Contrebia Leukade, Calagurris, Vareia o Tritium, pero deteniéndose de forma especial en el 'scriptorium' de Suso donde nació nuestra lengua con un mensaje reivindicativo, del que también se había hecho eco antes Fernando Riaño: «Anotaciones sobre unos códices que llegaron a conformar el más rico patrimonio documental de España, celosamente custodiados durante siglos hasta 1851 en estos monasterios emilianenses. Entonces salieron de La Rioja, pero su propiedad intelectual y moral pertenecerá perpetuamente a esta tierra donde esperamos poder volver a contemplarlo, en vivo, con nuestros propios ojos y los de todos los que deseen visitar nuestra tierra».

Historia, cultura y patrimonio. «Un largo viaje colectivo en el que se comparten tantas cosas que se va configurando una idiosincrasia, la propia de nuestra tierra, de La Rioja y de las personas que la habitamos, los riojanos». De «hacer camino», soñando con una región en la que «todas las personas gocen de igualdad de oportunidades, libertad y medios».

La Rioja como proyecto colectivo «que nos incluye a todos» fue el 'leitmotiv' del discurso, en el que destacó que «los riojanos podemos sentirnos orgullosos de situarnos a la cabeza de España y muy por encima de la media europea en índice de progreso social», haciendo alusión al informe comunitario conocido la pasada semana.

Desarrollo económico, convicción, espíritu de colaboración, sensibilidad social... «Y que nadie lo dude ni un solo instante: La Rioja tiene futuro, un grandísimo futuro, cuyo camino tiene por detrás el soporte de un ric pasado, pero sobre todo un espléndido porvenir», subrayaba Capellán, incidiendo «proyectos de futuro en ámbitos fundamentales:salud (física y emocional), educación y formación, juventud, ciencia e innovación, cuidado de las personas, desarrollo rural, avance industrial, emprendimiento y tecnología, creatividad y cultura…».

Fue el de Gonzalo Capellán un discurso bastante neutro, institucional y atemporal. Sin apenas guiños de actualidad como sí hicieron sus predecesores. Palabras de identidad, esa que pedía que reafirmásemos en la festividad riojana «para alegrarnos del camino recorrido juntos, de los logros alcanzados y para afrontar con esperanza, determinación e ilusión los desafíos colectivos que tenemos por delante».