Tras el paréntesis de los años pandémicos, cuyas restricciones a la movilidad se tradujeron en una menor siniestralidad, el año 2022 se cerró en las carreteras riojanas con 646 accidentes con víctimas, entre las cuales hubo que lamentar 12 fallecidos y 73 heridos graves. ... Son seis muertos menos que en 2019, año que se toma como referencia, y dos más que en 2021. En el balance anual, tanto la delegada del Gobierno, Beatriz Arraiz, como la jefa provincial de Tráfico, Beatriz Zúñiga, subrayaron la necesidad de ir más allá de las cifras: «No son solo números -puntualizó Arraiz-. Son personas que han perdido la vida o han sufrido heridas graves y que han supuesto dramas personas y familiares». Entre los fallecidos, hubo una pasajera menor de edad y otra persona que aún no había cumplido los viente años. La franja con mayor número de muertos fue la situada entre los 50 y los 59 años (tres). Nueve de ellos viajaban en coches o furgonetas, dos eran peatones y el duodécimo, conductor de motocicleta.
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De los doce accidentes con víctimas mortales, diez tuvieron lugar en vías interurbanas y los otros dos, en cascos urbanos. Resulta sorprendente, pese a las continuas campañas de concienciación, que tres de ellos no llevaran puesto el cinturón de seguridad. «Es el único freno del cuerpo en caso de impacto. Parece algo obvio pero hay que insistir en la importancia de su uso», subrayó Arraiz. Zúñiga se refirió al consumo de alcohol y drogas, que está presente, de manera directa o indirecta, en el 13,9% de los accidentes con víctimas. Aunque el porcentaje de positivos por consumo de alcohol apenas supera el 0,6% en los más de 100.000 controles realizados por la Guardia Civil, su repercusión en las carreteras sigue siendo decisiva. En cuanto a los test de drogas, resulta relevante el elevado porcentaje de positividad registrado tanto en los controles del Instituto Armado (el 29% de 1.184 pruebas) como en los de las seis policías locales que los realizan (más del 60% de 177), aunque en este caso el incremento se explica porque los test no suelen ser aleatorios, como los de alcoholemia, sino que se realizan a personas que o han sufrido un accidente o presentan síntomas visibles de conducir con sus facultades afectadas. Son, en cualquier caso, cifras muy altas que suponen una grave peligro para la circulación.
La carretera N-232 sigue ocupando el primer lugar en el lúgubre podio de vías más peligrosas, con tres muertos registrados en 2022. Uno tuvo lugar en la autopista AP-68, dos en cascos urbanos y el resto, en vías autonómicas. En cuanto a las causas directas de los accidentes, tres fueron debidos a la distracción o la somnolencia, dos a la velocidad excesiva y otros dos a la invasión del sentido contrario. En los dos siniestros mortales registrados en cascos urbanos, uno se produjo por no respetar el paso de peatones y el otro por consumo de alcohol.
Una menor fallecida: Uno de los peores siniestros se registró en vísperas de Nochebuena, en la N-232 a su paso por Arrúbal. Una niña de ocho años, natural de Alcanadre, falleció en un accidente en el que se vieron implicados tres vehículos, con otros dos heridos graves.
Un joven de 30 años, vecino de Vitoria, falleció el 3 de septiembre al salirse de la vía en Berceo con un coche que había robado minutos antes en Badarán. El vehículo aterrizó en una finca tras un vuelo de 43 metros.
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Un conductor de Zaragoza, de 57 años, murió en la N-232, a la altura de Ausejo, el 14 de julio. Fue un accidente laboral. El fallecido conducía un turismo que acompañaba a un transporte especial cuando una furgoneta lo embistió.
Una joven burgalesa de 19 años perdió la vida el 8 de mayo al salirse de la vía el coche en el que viajaba como pasajera. El siniestro se produjo en la AP-68, en las inmediaciones de San Felices (Haro), hacia las 5.30 horas.
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Un vecino de Villalobar, de 47 años, murió el 2 de abril, sábado, en un accidente registrado en el kilómetro siete de la LR-201, en el término municipal de Herramélluri. La víctima, único ocupante del vehículo siniestrado, falleció en el acto.
Una mujer de 67 años murió el 28 de febrero en un paso de cebra de la calle Club Deportivo cuando fue arrollada mientras paseaba a sus perros. El conductor era un varón de 82 años que dio negativo en los test de alcohol y drogas.
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