La Rioja rompe la tendencia de los tres últimos años y vuelve a perder vecinos

La capital riojana lidera la pérdida de población al reducir el año pasado su censo en 1.677 empadronados, una cifra que le devuelve a niveles de hace cuatro años, al tiempo que representa la caída más acusada de los últimos diez: lo hizo también de forma significa en 2014 cuando perdió 1.104. Como ya viene siendo una constante, la localidad capitalina ha frenado su crecimiento en favor de los municipios de su entorno que están experimentando un desarrollo urbanístico, especialmente de Villamediana, que con 249 nuevos vecinos, se convierte en el municipio con la subida mas meteórica: en 1991 eran 1.883 los censados, hoy suman 8.608. Por otro lado, Lardero fue el año pasado el que más subió en población, con 229 residentes más, hasta superar el techo de los 11.000 (11.042) y está llamado a seguir creciendo al ritmo de las nuevas urbanizaciones en marcha. Alberite, aunque de forma más tímida, también se reafirma como municipio emergente con 106 más que hace 4 años. Uno de los datos más significativos del INE es el crecimiento –seguramente por la situación de pandemia– de pequeños municipios del entorno de Logroño. A la cabeza se sitúa Sojuela, con un alza de 118 vecinos, aunque también llama la atención la atracción que ejercen núcleos como Entrena, con 68, o Ventosa, con 53 nuevos empadronados a tan solo 20 kilómetros de Logroño por la A-12. Las subidas también benefician a enclaves clásicos como Nalda (70 más), Navarrete (57) o Fuenmayor (48). Llaman la atención igualmente los 6 nuevos empadronamientos en San Román o los cuatro de Laguna en el corazón del Camero Viejo, o los registrados en el otro Cameros: Ortigosa gana tres, Villanueva 2, Villoslada 27 y Torrecilla, uno. Viniegra de Arriba también suma seis. En el ránking nacional, Guadalajara y Málaga fueron las que más crecieron y Zaragoza la que menos, mientras que La Rioja se sitúa en mitad de la tabla.