La Rioja registra 446 abortos, la mayor cifra desde 2011, y 17 son de menores

Ocho de cada mil mujeres entre 15 y 44 años abortaron de manera voluntaria el año pasado en La Rioja. La cifra total de interrupciones del embarazo se eleva a 446, la más alta desde el año 2011 –entonces hubo 534 y después solo se han superado una vez las cuatrocientas, en 2013– y un número que supone 88 abortos más que en 2022, según el Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE) que ha publicado este sábado el Ministerio de Sanidad.

La tasa asciende, por tanto, al 8,25 mujeres por cada mil habitantes y La Rioja ya no es la región con una proporción más baja porque adelanta a Galicia y Extremadura (7,28 y 7,6 respectivamente). De hecho, dentro del aumento generalizado de IVE que hubo en 2023 en toda España –la cifra solo cayó en Aragón– en nuestra comunidad fue donde esa subida resultó mayor, de casi un 25% –la media nacional se quedó en el 4,8%–.

Entre las 446 mujeres que tomaron la decisión de interrumpir su embarazo, 17 eran menores de edad: un chica de 14 años, dos de 15, cinco de 16 y nueve de 17. La cifra se triplica hasta los 51 abortos si el rango de edad se abre hasta los 19 años. Prácticamente la mitad de esas chicas, en 24 de los casos en concreto, eligieron el método anticonceptivo denominado 'de barrera' –fundamentalmente preservativo– para abortar. También fue la primera opción en el cómputo general de las riojanas (en 119 de las 446 interrupciones voluntarias) seguido por los métodos hormonales.

El estudio del Ministerio también recoge el porcentaje de mujeres que han elegido el método farmacológico para suspender la gestación y en La Rioja fueron 304, lo que supone un 68,16% del total, el cuarto porcentaje más alto después de Cantabria (96,5%), Baleares (74,5%) y Navarra (73,1%). La mifepristona fue el medicamento principal.

El Hospital San Pedro de Logroño y el de Calahorra son los dos centros que han notificado interrupciones voluntarias del embarazo, aunque desde La Rioja también se deriva a mujeres de la comunidad a abortar Navarra, principalmente, y Aragón. El 70% de los procesos, 311 en concreto, se llevaron a cabo en centros sanitarios –principalmente públicos, en 304 casos– y el resto, en el ámbito extrahospitalario.

En tres de cada cuatro casos, la interrupción de la gestación se produjo con ocho semanas o menos –es el periodo de mayor riesgo para el feto– pero también hubo cuatro abortos realizados cuando el feto ya llevaba al menos 23 semanas en el vientre de la gestante. Y en cuanto al motivo de la interrupción, el informe refleja que 414 de las 446 mujeres pidieron abortar y en el resto de casos la razón principal fue el riesgo de graves anomalías en el feto –18 casos–, el grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada –ocho– o anomalías fetales incompatibles con la vida o una enfermedad muy grave o incurable –cuatro casos–.

El informe también detalla el nivel de formación académica de las mujeres que sufrieron una interrupción voluntaria el año pasado. Una de ellas no tenía estudios y en 34 de los casos el nivel era de primer grado, hasta sexto de Educación Primaria o equivalente. De hecho, 45 de las 446 mujeres que abortaron se encontraban estudiando.

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