La Rioja reduce 24,2 puntos en una década el abandono escolar y lidera la rebaja nacional

La región sitúa en el 12,9% la tasa que había disparado la bonanza económica y es una de las siete que supera ya el objetivo europeo fijado para el 2020

Teri Sáenz

Logroño

Martes, 28 de agosto 2018, 08:32

El abandono escolar temprano no es un índice más en los parámetros que dibujan el estado de situación de la educación en un territorio. Detrás de esa cifra subyace un modelo social en el que, por diversas circunstancias, sus jóvenes no llegan a completar los ... estudios que les sitúan en la rampa de salida para integrarse en el futuro que les aguarda. Desde esa perspectiva, el máximo histórico del 37% al que llegó La Rioja en el 2008 encendió todas las alarmas.

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La economía estaba en pleno auge y ganar dinero en cualquiera de los múltiples trabajos que en aquellos momentos se ofertaban parecía más atractivo que invertir el tiempo entre libros y una formación sólida. La comunidad superó incluso la media nacional fijada entonces en el 31,7% y la región ostentó el dudoso honor de encaramarse en el ranking de los territorios donde las aulas se despejaban de manera más prematura.

La curva ha mutado. Y de manera contundente. Los últimos datos difundidos por el Ministerio de Educación referentes al cierre del 2017 sitúan a La Rioja como la que más ha menguado el abandono escolar temprano durante la última década, llegando a un mínimo en la serie cronológica del 12,9%.

O lo que es igual: 24,2 puntos menos desde el 2008 (4,9 sólo en el último año) que la distancian seis de la media nacional que el ejercicio precedente se fijó en el 18,2% con una mayor afectación en hombres que en mujeres (21,8 frente a un 14,5). Con ello, la comunidad destaca como la cuarta con menor tasa de fracaso escolar mejorada sólo por la del País Vasco (7%), Cantabria (8,9%) y Navarra (11,3%) en un ranking que encabezan con los indicadores menos positivos Islas Baleares (26,5%), Andalucía (23,5%) y Murcia (23,1%) descontando la coyuntura de Ceuta y Melilla.

Razones

¿A qué obedece la fluctuación? Dos circunstancias se antojan como las más poderosas para justificar la variación. Por un lado, los cambios en la situación económica y por otro, el refuerzo de áreas educativas como la Atención a la Diversidad en etapas tempranas y la apuesta por la FP. «Detrás del descenso del índice de abandono escolar temprano hay un cambio social, dado que tras las crisis somos más conscientes del valor de la formación», interpreta el consejero de Educación, Alberto Galiana.

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La inversión en atención a la diversidad ha registrado un alza constante en los últimos años -27,4 millones en el último ejercicio dedicados a la contratación de especialistas, implementación de programas específicos, recursos materiales, etcétera- con un doble objetivo por parte de la Consejería: asegurar la equidad del sistema educativo y garantizar que cada alumno alcanza el máximo desarrollo de sus capacidades.

«Esa línea de actuación ha hecho que se mejore la detección de jóvenes con necesidades especiales y que, por lo tanto, hayan crecido de manera constante los alumnos que precisan y reciben una atención especial», aporta Galiana respecto a un flanco de actuación que abarca desde necesidades asociadas a diagnósticos de discapacidad de diferente tipo hasta estudiantes con TDAH, aquellos que se han incorporado de forma tardía al sistema, los que sufren un desfase curricular a consecuencia de desviaciones socioeducativas, trastornos graves de la personalidad o altas capacidades intelectuales. «A ellos habría que sumar quienes reciben apoyo en un momento puntual por problemas concretos y que, bien atendidos, se corrigen y dejan de suponer un problema para su desarrollo personal y académico», agrega.

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Entorno laboral

El informe 'El abandono educativo temprano' que elabora periódicamente el Ministerio es explícito al reconocer la influencia del entorno laboral en la propensión al abandono, ya que factores como la probabilidad de encontrar empleo o los sectores que caracterizan el tejido productivo en cada región inclinan la balanza entre abandonar los estudios para ponerse a trabajar o seguir formándose para aspirar a puestos más cualificados.

«La estrategia del Gobierno de La Rioja aquí para combatir el abandono escolar temprano ha consistido en incrementar la oferta de la Formación Profesional con más ciclos, perfiles tecnológicos y una oferta lo más cercana posible a las necesidades de la empresa», señala Galiana destacando las virtudes de las diferentes modalidades.

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En el caso de la FP dual, como una oferta más cercana a la empresa, y en cuanto a la básica, como fórmula para 'enganchar' a buena parte de alumnos desmotivados. Y como prueba, la respuesta en las matriculaciones en Formación Profesional, que durante el último curso crecieron el 3,75% respecto al curso anterior hasta engrosar los 6.752 alumnos.

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