La Rioja propone una escuela de vuelo y una terminal de carga para reflotar el aeropuerto

Las conclusiones del estudio, con el planteamiento de inversiones «razonables» de hasta 3,36 millones de euros, proponen hasta seis líneas de negocio adicionales aprovechando las infraestructuras actuales con algunas modificaciones: «Hemos presentado ya la propuesta a Aviación Civil, del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), a AENA y también al director del aeropuerto», aclara Urquía, «con la intención de que la sociedad y las empresas riojanas puedan sacar partido a esta infraestructura, pero también la propia AENA, que es quien soporta el déficit como gestora del complejo».

El estudio, encargado a un ingeniero aeronáutico que ha estudiado qué están haciendo en otros aeropuertos similares del entorno y de otras partes del mundo, viene respaldado además con la participación, mediante encuesta, de 97 empresas riojanas con potencial uso del aeropuerto. La apuesta inicial se centra en desarrollar cuatro líneas de negocio prioritarias, como son un centro de carga, una escuela de pilotos, potenciar el tráfico internacional, relacionándolo sobre todo con el enoturismo, y crear un centro de innovación aeronáutica.

En una segunda fase y, una vez consolidado el primer bloque de propuestas, se fomentaría la creación de un parque empresarial, junto con un plan para potenciar la aviación general o privada. La inversión estimada para las cuatro primeras propuestas se reduciría a poco más de 2,5 millones de euros, que debería asumir AENA, aunque el Gobierno riojano, avanza Urquía, estaría dispuesto a colaborar en algún punto si fuera necesario. Estas son las seis líneas de actuación.

El principal operador del aeropuerto es Air Nostrum, que en sus vuelos no permite el traslado de carga, por lo que ninguna empresa de mercancías está operando. El estudio propone remodelar el almacén de mantenimiento actual, adaptar la oficina de aduanas y acondicionar el edificio multifuncional, con la reorganización el edificio de cocheras para almacenar mercancías y la construcción de una almacén aclimatado y oficinas. En total, la inversión necesaria estimada sería de solo 440.500 euros porque el aeropuerto ya cuenta con una infraestructura destinada al tratamiento de carga, con lo que no se parte de cero. Por supuesto, también sería necesario, advierte el estudio, atraer carga aérea al aeropuerto, es decir, empresas demandantes, así como otras firmas para la gestión de la carga.

Las escuelas de vuelo son una de las actividades más frecuentes para aeropuertos de características similares al de Agoncillo y, como aclara el estudio, este tipo de aeropuertos (Grupo III) registran un promedio del 30% de las operaciones por la actividad de las escuelas. La disponibilidad de la pista, las instalaciones ya construidas, las tarifas reducidas, la infrautilización actual de la infraestructura y la cercanía a Logroño son factores a favor para que el complejo albergue una escuela de este tipo. El informe asegura que las dependencias actuales podrían acoger tres aeronaves para formación. Serían necesarias algunas instalaciones complementarias para reparaciones y revisiones de las aeronaves, tres aulas de enseñanza y simuladores de vuelo. Para ello, se propone construir un hangar, pensado incluso para posibles expansiones futuras. Sería la actuación más cara de las seis propuestas, con una inversión de 1,65 millones de euros.

En Logroño-Agoncillo no hay vuelos internacionales, más allá de algún chárter ocasional de determinados touroperadores. El entorno competitivo, con 'adversarios' cercanos como Bilbao, Vitoria, Pamplona o Zaragoza, es el principal impedimento para que las compañías trabajen desde Logroño, pero el estudio sí ve posibilidades en una demanda menos atendida por las aerolíneas como son la atracción de aviación chárter internacional y ejecutiva/privada. Para ello, propone conectar la infraestructura con paquetes turísticos de la región (enoturismo), la adecuación a la demanda de servicios VIP para aviación ejecutiva y flexibilizar la infraestructura puesta a su disposición. En este caso, apenas hay coste material, pero sí lo habría en la necesaria promoción.

AENA, como principal gestor aeroportuario del mundo, necesita testar las nuevas tecnologías antes de llegar a su red de aeropuertos. Para ello, es necesario un aeropuerto con volumen de tráfico que no dificulte los ensayos y con flexibilidad para modificar los equipamientos. Funcionalidad de drones, nuevas tecnologías de procesamiento de pasajeros, nuevos servicios, nuevas medidas de seguridad, mejor aprovechamiento de la energía y medioambiente... son cuestiones en las que trabaja AENA y bien podría hacerlo en Agoncillo. La inversión en nuevas infraestructuras, con un nuevo edificio modular y un almacén, sería también limitada a poco más de 400.000 euros.

El aeropuerto actual no tiene espacio para actividad empresarial, pese a estar entre tres polígonos industriales y a apenas diez kilómetros de Logroño. El parque empresarial se ve como una necesidad futura, pero tras la implantación de las propuestas anteriores. Cargueras, empresas de mantenimiento, firmas de innovación aeronáutica y productoras y distribuidoras son las tipologías empresariales potenciales para atraer al parque. En todo caso, insiste el estudio en que, para ser viable, necesita previamente la escuela de vuelos y la explotación de la carga. La inversión sería de 210.000 euros, pero solo para redactar un proyecto de captación de empresas, mientras que las obras no están presupuestadas hasta que no se defina un plan.

El desarrollo de esta última propuesta está también condicionada a la creación de la escuela de pilotos que garantice una cierta actividad al aeropuerto. Es decir, iría, como la anterior, en una segunda fase, con una escuela ampliada a helicópteros, aeronaves sin motor, vuelos de aficionados y de ocio y a otros trabajos aéreos. Habría que construir otro hangar, formar un aeroclub e invertir en promover las nuevas actividades.