La Rioja ha perdido solo en la última década un millar de nacimientos anuales

En concreto, la estadística provisional registra 1.985 nacidos en 2023 en la región, de los que 994 fueron niñas y los otros 991, niños, según ha revelado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE) al hacer públicos los resultados de la estimación mensual de nacimientos y de defunciones y saldo vegetativo correspondientes al mes de diciembre y los acumulados del pasado año con las cifras provisionales elaboradas a partir de las inscripciones anotadas en los registros civiles informatizados.

La Rioja acumula así cinco ejercicios consecutivos en descenso, desde los 2.408 del año 2019, el previo a la pandemia (en 2018 se contabilizaron 2.330) a los 2.318 de 2020, los 2192 y 2191 de los dos cursos posteriores y los mencionados 1.985 de 2023, en el que la caída interanual fue del -9,41%, la segunda mayor del país tras Castilla-La Mancha (-10,46%) y más de 7 puntos porcentuales por encima de la media nacional (-2,02%) al registrarse 322.075 nacimientos, 6.629 menos que en 2022.

El número de nacimientos solo aumentó en Madrid (+2,7%) y Extremadura (+0,60%), con caídas en el resto de comunidades. El desplome en La Rioja fue además más intenso que en las regiones del entorno: País Vasco (-0,11%), Navarra (-5,04%), Castilla y León (-5,10%) y Aragón (-4,45%), según detalla el organismo oficial, que en los próximos meses pulirá estas estadísticas.

El problema en la comunidad es doble, ya que un año más, así ocurre desde 2014, el saldo vegetativo, la diferencia entre nacimientos y defunciones volvió a ser negativo, con lo que la región, a expensas de los movimientos migratorios, se mantiene en la preocupante tendencia de pérdida de población y alza en el envejecimiento de la población.

En concreto, en 2023 el saldo vegetativo riojano fue de -1.289 tras la operación aritmética resultante de restar los 1.985 bebés alumbrados en la comunidad de los 3.274 decesos producidos durante el pasado año. Eso que las cifras de mortalidad registraron una caída del 5,08% respecto a las 3.451 de 2022 (3.400 hubo en 2021) y sobre todo frente a las 3.747 computadas en 2020, un ejercicio en el que la pandemia del covid desbocó la estadística con un incremento interanual del 19,75%.

Eso que las cifras de mortalidad registraron una caída del 5,12% respecto a las 3.451 de 2022 (3.400 hubo en 2021) y sobre todo frente a las 3.747 computadas en 2020, un ejercicio en el que la pandemia del covid desbocó la estadística con un incremento interanual del 19,75%. De los 3.274 fallecidos en la comunidad el pasado año, 26 eran menores de 24 años (16 en 2022); 70 de entre 25 y 49 años (67 un año atrás); 301 de entre 50 y 64 años (316); y 760 de entre 65 y 79 años (770 en el ejercicio anterior). El grueso de decesos, entre los mayores de 80, con 2.133, el 69,39% del total, frente a los 2.272 del año 2022.

A nivel nacional, la evolución es similar, con un total de 434.112 fallecidos (-5,63%) frente a los 322.075 alumbramientos, lo que supuso un saldo vegetativo negativo de -112.037 personas. En el conjunto del país, según las estimaciones provisionales, el mayor descenso en las defunciones en términos relativos, por edad y sexo, se observó en las personas de entre 85 y 89 años, tanto en hombres (con un descenso del 11,8% respecto a 2022) como en mujeres, con una caída porcentual del 9,9%.