La Rioja tiene 37 parados por cada empleo vacante frente a los 21 de media nacional

Desde 2013, el INE publica en su Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) el número de puestos de trabajo creados recientemente en cada comunidad «que –explica en su metodología– no están ocupados o que están a punto de quedar libres» para los que «los empresarios están tomando medidas activas con objeto de encontrar un candidato idóneo ajeno a la empresa». De esta forma, «las vacantes de empleo, en parte, reflejan la demanda insatisfecha de mano de obra, así como los posibles desajustes entre la capacidad y la disponibilidad de los desempleados y los trabajadores buscados por los empleadores». Así, cuanto más alta es la tasa de vacantes, mayores son las dificultades que tienen las empresas para encontrar en el mercado los candidatos con las habilidades requeridas.

A pesar de los esfuerzos del sistema educativo riojano para adaptarse a las necesidades de las empresas y de la economía de la región (la Formación Profesional Dual es una prueba de ello), el indicador Beveridge evidencia que la comunidad sigue registrando un desequilibrio.

Es cierto que, analizando exclusivamente la evolución de La Rioja sin tener en cuenta la del resto de regiones, el desajuste se ha reducido en los últimos ocho años como se constata en las gráficas que ilustran esta información. El índice fijó su récord en 225,6 parados por vacante en el cuarto trimestre de 2014, pero desde la segunda mitad de 2018 y hasta la actualidad, la ratio siempre se ha mantenido por debajo de 50, lo que cabe atribuir más propiamente a la bajada del desempleo (con excepción de los años marcados por el covid) que a la cifra de vacantes, si bien el dato al cierre del año pasado es el mejor de los últimos nueve trimestres.

En concreto, y siempre según los valores compilados por el INE, el número de vacantes se situó en el cuarto trimestre de 2022 en 369. Si este dato se pone en relación con el del paro de la Encuesta de Población Activa (13.700 en el mismo periodo), el resultado es que en la región hay 37 desempleados por cada puesto disponible, frente a los 81 del mismo periodo de 2015.

Ahora bien, si el análisis se amplía para cotejar la situación de La Rioja en el escalafón autonómica la conclusión es que la comunidad ha perdido margen para satisfacer la demanda del nuevo empleo. Hace ocho años, el mercado laboral riojano era el cuarto más eficiente de España sólo por detrás de los del País Vasco (30 parados por vacante), Aragón (31) y Madrid (40). En la actualidad, sin embargo, y con una ratio de 37, también es el cuarto, pero por la cola: supera la ratio media nacional (21,5) y únicamente tres comunidades presentan un desequilibrio mayor entre la demanda de determinados trabajadores y la oferta de los mismos. En concreto, Extremadura (62,9 vacantes por desempleado), la Región de Murcia (47,5) y Canarias (40,6). Por el contrario, las economías regionales que menos desajustes presentan a día de hoy, según el INE, son Castilla y León (8,2), Navarra (11,4) y Cataluña (14,6).

El INE no desglosa por comunidades el número de vacantes en función de los sectores económicos. En el conjunto del país, de los 140.517 puestos de trabajo sin cubrir al cierre del cuatro trimestre de 2022, el 91% correspondió a servicios (128.240) frente a tan sólo el 6% de la industria y el 2,7% de la construcción.

Por último, la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE permite abordar la situación opuesta: los motivos por los que no existen empleos vacantes. En el caso de La Rioja, el 4,1% de los empresarios encuestados en el último trimestre del año pasado alegó que los elevados costes de contratación les hacen desistir del propósito de ampliar la plantilla. En este caso, el número de respuestas en ese sentido se disparó en el último año (1,8% el cuarto trimestre de 2021).

Con todo, el 93,8% adujo que hoy por hoy no necesita ningún trabajador más. Esta ratio es ligeramente inferior al promedio del país (94,2%), pero nueve comunidades lideradas por Madrid (96,6%) la mejoran.

Lo que el secretario general de UGT-Rioja percibe es que «muchos empleos, en especial en el sector servicios, no se cubren por las malas condiciones de trabajo, seguramente porque los convenios de aplicación» se caracterizan por «salarios muy bajos y condiciones muy precarias». «No hablamos –subraya Jesús Izquierdo– de los empleos tecnológicos, donde la falta de profesionales es evidente», pero «en laborales manuales, sector manufacturero, construcción, campo y servicios, especialmente hostelería, no es que no existan profesionales, sino que las condiciones que ofrecen la mayoría de las empresas no son atractivas». Además, Izquierdo defiende la reforma laboral: «Hoy existe más empleo que nunca, las empresas no tienen miedo a contratar y se ha posibilitado que uno de cada dos contratos sea indefinido». Por ello, la principal razón de la escasez de «determinada» mano de obra estriba en que «son empleos muy precarios».

Para el Gobierno de La Rioja, las cifras publicadas en el INE «son únicamente una muestra que no representa el número total de vacantes de la región». No sólo porque no incluyen la agricultura y las administraciones públicas, «que suponen un gran volumen de contratación», sino porque contrastan con los datos de la «gestión real» de vacantes que «realizan las Oficinas de Empleo de La Rioja», en cuyo caso la media se acerca a «las 500». Así lo explica la subdirectora general de Empleo, Cristina Rodríguez, quien añade que a estas se suman «las que se gestionan y publican en Infojobs (primer portal en gestión de ofertas de empleo y búsqueda de trabajadores de España), cercana a las 1.200 vacantes, más las de las ETT, Linkedin y consultoras de empleo, entre otras fuentes». De esta forma, la cifra de vacantes de La Rioja «ronda las 2.000, frente a las 369 reflejadas en el INE».

La subdirectora de Empleo afirma que, «entre otras acciones», el Gobierno regional ha puesto en marcha un servicio 'on line' «para las empresas y la gestión de sus ofertas» y , asimismo, precisa que «hay que tener en cuenta que dentro de estas ofertas no se contempla el mercado de trabajo 'oculto', que es aquel que se genera por contactos directos».

Por último, Rodríguez desvincula que no se oferte empleo a la subida del SMI o a la reforma laboral: «Si se observa toda la serie del INE» ha habido «datos más altos que el actual», también más bajos, «por lo que no se aprecia una constante que pueda dar como causa el SMI o la reforma laboral en los diferentes ciclos de subidas y bajadas».

«La falta de personal es un problema muy generalizado, que se observa no solo en la industria, sino en otras actividades y sectores como la construcción, la hostelería, los servicios, etcétera», y «que frena el crecimiento de la empresa, la actividad y su competitividad y proyección en el futuro», señala el presidente de la FER, Jaime García-Calzada.

De ahí «la preocupación» de empresarios y autónomos «en el día a día cuando precisan encontrar personal cualificado, por una parte, y cuando necesitan cubrir otro tipo de puestos en las empresas, que son muy necesarios».  

Para la patronal «trabajar en la captación de talento, ser atractivos como región, tener buenas comunicaciones, junto a un mayor esfuerzo en la formación y en el acercamiento a la realidad empresarial de universidades y centros educativos, es una buena apuesta».

Pero es que, «además, desde la aprobación de la reforma de las pensiones, los puestos cualificados se van a ver afectados por un verdadero impuesto laboral por el aumento de las cotizaciones a las empresas». «Este nuevo impuesto, sin duda, va a repercutir en el salario que van a cobrar los trabajadores y en los costes y beneficios empresariales, por lo que lejos de incentivar la atracción y la retención de talento profesional, vamos a ver un freno añadido» y se va a «desincentivar esta contratación».

García-Calzada destaca «el aumento de los costes laborales que están soportando las empresas», sobre todo en un momento de «situación económica complicada y máxima incertidumbre» para la actividad empresarial.

El secretario general en La Rioja de CC OO, Jorge Ruano, atribuye «el desajuste entre las necesidades de las empresas y los desempleados» a varios factores. Por un lado, a «los serios problemas que muchísima gente expulsada del mercado de trabajo en 2008 tuvo y tiene para reincorporarles a él». Y, por otro, a que «en 2015 se desmontó todo el sistema de formación para el empleo» y «no ha habido manera de recualificar a un número muy importante de esos desempleados de 2008».

Pero, además, «vamos arrastrando los pecados cometidos con la Formación Profesional», cuando «lo que requieren las empresas, y ya no entro ni en la FP Dual, es que se formen buenos profesionales que respondan a las necesidades actuales».

Ruano cree que «el salto» del empleo temporal al indefinido evidencia que «las empresas no tienen miedo a contratar» y tacha de «leyenda urbana» que la subida del SMI obstaculice la creación de empleo.