La Rioja estrena ley de salud mental

Pese al plácido resultado de la votación, el debate no fue tan calmado. La diputada del PP María Martín cuestionó las prisas en la redacción del texto y anticipó problemas con su entrada en vigor: «No entendemos por qué hay que tramitar con urgencia una ley de este calado. ¿Por qué hay que correr y sacarla tres meses antes de una convocatoria electoral? Es necesario el desarrollo sereno de algo que va a tener consecuencias en personas tan vulnerables». Martín censuró que hubiera habido que rectificar buena parte de la norma inicial «en una tarde» tras un informe muy crítico del Consejo Consultivo. También cuestionó alguna de sus medidas por irreal, sobre todo en lo que se refiere al aumento en el ratio de psiquiatras y psicólogos en el sistema público de salud: «Hablamos de tener 57 psiquiatras en cinco años, pero en 2019 había 22 y ahora hay uno menos. No podemos decir a la sociedad que se va a triplicar el número de psiquiatras porque no los hay. No podemos engañarles. Es una ley que habla de recursos, pero no tiene memoria económica. ¿Para qué les sirve esta ley a los enfermos mentales, a sus familias y a los profesionales? Para nada».

En su réplica, la diputada proponente, Henar Moreno, denunció los vaivenes del Grupo Popular: «El PP no sabe lo que votar o lo que no votar. Llegaron a decir que estábamos discriminando a las personas que sufrían problemas de salud mental por presentar una ley integral para luego, sin embargo, aprobar la ponencia y ahora abstenerse. Pero tenemos memoria y sabemos que en 24 años ustedes no hicieron nada por la salud mental. Lo que no quieren es comprometerse a contratar a más profesionales y por eso hablan de la estigmatización». Desde la bancada socialista, su portavoz, Raúl Díaz, denfendió la necesidad de una ley específica: «No podemos normalizar que tantas personas necesiten pastillas para vivir. Esta norma es necesaria para facilitar un abordaje total de la enfermedad en nuestro sistema público de salud y para atajar el infradiagnóstico».

Finalmente, Ciudadanos aprobó el grueso de la ley, aunque se abstuvo en la Exposición de Motivos por no estar de acuerdo con la definición que allí se ofrece de salud mental. La diputada Pilar Rabasa censuró que no se haya querido incorporar a la norma el concepto de 'apego': «La figura del apego sano es esencial. El ser humano necesita del afecto para su maduración. Las personas no siempre lloran por falta de alimento, también por falta de compañía. Por eso no entendemos que no hayan tenido en cuenta nuestras enmiendas».

La ley exige, entre otras cosas, aumentar los ratios de profesionales encargados de la salud mental hasta alcanzar los 18 psiquiatras, 18 psicólogos y 23 enfermeros especializados por cada cien mil habitantes. Además, establece un programa de prevención del suicidio, un plan de lucha contra el estigma social y un modelo integral de tratamiento de conductas adictivas.