La Rioja se endeuda a un ritmo de 85 euros al mes por contribuyente

Récord. La Comunidad adeuda ya 1.699 millones de euros, el 20,5% del PIB, y la factura entre amortizaciones y pago de intereses se lleva dos de cada diez euros del Presupuesto

Domingo, 17 de octubre 2021, 02:00

Una crisis financiera e inmobiliaria (la de la pasada década) seguida de la hecatombe económica que estalló en 2020 como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Estas son las razones, junto a una tradición de contención impositiva autonómica, por las que las arcas públicas riojanas ... llevan años abonadas a un endeudamiento continuado y creciente.

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Solo entre el segundo y el primer trimestre de este año, los débitos de la Comunidad han crecido en 43 millones de euros, hasta los 1.699 millones, máximo histórico, lo que supone que el Gobierno regional se endeuda a un ritmo de 84,6 euros al mes por contribuyente, solo teniendo en cuenta los 169.410 declarantes del IRPF. Esos casi 1.700 millones de euros representan el 20,5% del valor de la economía regional (PIB). Para saldarlos, y en términos de población (319.224 habitantes) cada riojano debería hacer un desembolso extra de 5.322,3 euros, importe que se dispararía hasta superar los 10.000 euros si se hicieran cargo de ello exclusivamente los riojanos comprometidos anualmente con la declaración de la Renta.

Pues aun así, La Rioja «no se encuentra entre las peores posiciones en la comparativa económica», destaca el decano del Colegio de Economistas de La Rioja, Ernesto Gómez Tarragona, analizando los datos de 2020. En concreto, la región ocupa la sexta posición de un escalafón que encabeza la Comunidad Valenciana (48,6%) y cierra Canarias (15,1%).

David Fernández Lucas

Ahora bien, respecto a hace diez años, el peso de la deuda pública sobre el PIB riojano ha crecido el 127,5%. En este sentido, Gómez Tarragona recuerda que «el punto de inflexión» se registró durante la crisis de la pasada década «porque nos sumamos al carro» de parar aquel desastre «a base de endeudamiento y ahora estamos dentro de las comunidades que, a la vista de los datos, tienen que tener un poquito de cuidado».

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¿Y quiénes son los tenedores de la deuda contraída por la Comunidad? Principalmente las entidades financieras españolas, que copan 62,8 euros de cada cien euros adeudados por La Rioja y el Estado (instrumentos de liquidez financiera), con 25,2 euros. El Ejecutivo también recurre a la financiación de bancos extranjeros (10,2 de cada cien euros de débitos), aunque cada vez lo hace menos a través de bonos (emitir deuda pública en los mercados para que la compren inversores institucionales extranjeros), vía de financiación que empezó a utilizar en 2013, pero que está en claro retroceso desde 2017.

El decano de los economistas riojanos atribuye este descenso a que «en un entorno de tipos de interés cero e incluso negativos, acudir a los créditos bancarios es una forma más sencilla y barata de financiación». Con todo, y tras el parón provocado por la pandemia en 2020, La Rioja se sale de la senda de otras comunidades que sí han vuelto este año poco a poco a los mercados de deuda, como Madrid, País Vasco y Navarra, con el fin de financiarse por su cuenta sin recurrir al Estado. En el caso riojano hubo un descenso del 10% en el primer semestre del año, pero la deuda con la nación sigue por encima de los 425 millones euros, eso sí, cada vez más distanciadas del techo registrado en 2019 cuando el importe total ascendió a 561 millones de euros.

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El 'recibo' anual

El endeudamiento permite a las comunidades autónomas seguir prestando los servicios a los ciudadanos, aunque haya un descenso de los ingresos (los ciclos económicos recesivos), es decir, se concurra en déficit presupuestario, porque el gasto público es superior a las entradas en 'caja'.

Pero, claro, este endeudamiento tiene una factura anual, que viene reflejada en los presupuestos regionales de cada ejercicio. Y es que el Gobierno riojano tiene que reservar dentro del capítulo de gastos unas partidas para vencimientos de deuda y pago de intereses. Para 2022 está previsto que la administración regional gaste 350,95 millones en amortizar deuda (342,95 millones) y en satisfacer los intereses de la que sigue viva (8 millones). Un importe que no pasa desapercibido para el decano de los economistas riojanos, ya que «dedicamos unos recursos relativamente importantes a cancelar ese pasivo porque la banca no va a permitir una deuda cuasi perpetua y al final quiere sus amortizaciones». La factura de 2022 será el 25,4% superior a la asumida en 2021 y por sí sola copa ya el 18,5% de las Cuentas públicas del próximo ejercicio.

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David Fernández Lucas

Si este coste se repercutiera directamente sobre los ciudadanos, cada riojano debería pagar 1.099,4 euros para hacer frente a este 'recibo'. Evidentemente, la Comunidad, como el resto de ejecutivos autonómicos y el Estado, no lo hace y la factura se paga a base de pedir más dinero prestado. Y así seguirá siendo mientras se gaste más de lo que se ingresa, porque el déficit generará más deuda ya que seguirá siendo necesario pedir dinero prestado con el que hacer frente a los intereses y amortizaciones por la deuda acumulada.

No obstante, aunque hoy se debe más dinero, se paga menos por él. Estamos en un escenario de tipos de interés de cero y atrás quedan los años en los que el Gobierno riojano tenía que firmar operaciones de deuda a tipos de interés que superaban incluso el 7%. Eso ocurrió entre 2011 y 2013, con una prima de riesgo desorbitada, cuando los mercados financieros encarecieron de forma extraordinaria el dinero que prestaban al sector público español. Pero a partir de ese trienio diabólico, la Comunidad ha ido progresivamente refinanciando la deuda en condiciones más ventajosas.

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Asimismo, y con los últimos datos referenciados al segundo trimestre del año, La Rioja ha recortado sus números rojos de forma importante y ahora está en una situación de -0,05% (cuatro millones en términos absolutos), que contrasta con el -0,29% (26 millones) del mismo periodo de 2019, último año comparable dadas las circunstancias excepcionales de un 2020 marcado por la crisis del COVID. Pero son cifras que todavía hay que tomar con cautela ya que solo dibujan el escenario de la primera mitad del ejercicio y todavía queda un semestre completo por contabilizar.

En este sentido, y mientras no se logre un equilibrio y haya más gastos que ingresos, la deuda se irá acumulando «y eso lo tendrán que pagar las futuras generaciones, porque si el endeudamiento no va a menos, sino a más, lo que no se pague hoy se pagará mañana», advierte Gómez Tarragona. «Con sus matices –precisa–, porque una mala o buena financiación autonómica cambia absolutamente las cosas».

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Financiación autonómica

Y es que, a juicio del decano de los economistas, la financiación de las comunidades autónomas «hace aguas desde hace años». El sistema es «antiguo y necesita una revisión, pero tenemos que tener cuidado, ya que la financiación de la comunidad autónoma es a priori muy buena comparada con la de otras comunidades autónomas y, por lo tanto, la revisión nos puede perjudicar». «Tenemos más que perder que posiblemente lo que podamos ganar», alerta.

En este sentido explica que hay comunidades muy pobladas «que piden que primen criterios poblacionales», pero a La Rioja lo que le interesa es que el criterio prioritario sea «el coste de prestación de servicios», porque no es lo mismo la inversión por alumno de la Universidad de La Rioja que la que tiene que hacer la Complutense de Madrid, ni la prestación sanitaria en los pequeños pueblos de La Rioja que en municipios poblados. «La discusión, más política que económica, es compararse con el vecino», continúa Gómez Tarragona: «Si la Comunidad Valenciana (48,6% de deuda sobre su PIB regional) o Cataluña (37,2%) tienen unos servicios estupendos y mejores que La Rioja es a costa de sacar más deuda que nosotros, pero resulta que están siendo asistidas en financiación por el Estado. Entonces ¿a quién se premia? ¿A quien se porta mal? Por eso pienso que es tan importante la financiación autonómica, para que La Rioja no tenga que recurrir tanto a los préstamos».

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