La Rioja se enchufa a los cielos

Destellos diurnos en los tejados, terrazas y fachadas de la comunidad. Gran parte de la geografía riojana comienza a brillar al ritmo del fulminante despegue de la energía solar en la región, donde se han disparado las solicitudes para la instalación de placas solares fotovoltaicas para autoconsumo.

El final de algunas trabas –la eliminación del denominado impuesto al sol en 2018– y la flexibilización de las normativas un año después –eliminación de límites de potencia, posibilidad de autoconsumo colectivo, autorización para instalaciones con excedentes acogidos a compensación, simplificación de los trámites burocráticos...– han abonado un caldo de cultivo enriquecido por dos nutrientes económicos clave: el disparatado incremento en los precios de la energía eléctrica y la lluvia de millones en forma de subvenciones con que a partir de febrero pasado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea empezó a regar la estrategia comunitaria en favor de la fuente energética actual más barata del planeta.

Solo en 2021 se instalaron en España 1.203 megawatios (MW) de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo, lo que supuso un incremento del 101,84% respecto al ejercicio anterior, según los últimos datos hechos públicos por la UNEF (Unión Española Fotovoltaica), que detalla que el 41% se ubicó en el sector industrial (-15%), el 26% en el comercial (+3%) y el 32% restante en el doméstico, con un espectacular alza del 13%.

Las estadísticas riojanas son también más que elocuentes. Desde que el Ejecutivo de Concha Andreu modificó en diciembre pasado la Ley de Ordenación del Territorio y Urbanismo en La Rioja (LOTUR) para reducir los trámites burocráticos de este tipo de instalaciones y, sobre todo, desde que hace seis abrió la convocatoria de subvenciones ligadas a la ejecución de proyectos de autoconsumo y almacenamiento renovable (5.828.709 euros provenientes de la UE), las solicitudes presentadas hasta este mes han desbordado todas las previsiones.

Solo en lo que llevamos de 2022, la Dirección General de Transición Energética y Cambio Climático ha tramitado más de un millar de peticiones –915 para generación de renovable, con una potencia de 47,4 megawatios, y 288 para almacenamiento, 5,3 megawatios– que han obligado a dotar de nuevos fondos al plan.

De las 915 solicitudes para generación de renovable, más de la mitad, 543 (por 1,98 millones de euros), se incluían en el programa de incentivos 4 (sector residencial, administraciones públicas y tercer sector); 79 (por 1,50 millones) en el 1 (sector servicios); 194 (por 4,85 millones) en el 2 (otros sectores productivos); y 99 en el 6 (instalaciones de renovables térmicas en residencias).

El tsunami de propuestas hizo evidente en apenas tres meses y medio que la previsión de fondos realizada era insuficiente. Por ello la Consejería de Sostenibilidad Ecológica, Transición y Portavocía del Gobierno que dirige Álex Dorado solicitó en junio al Ministerio una inyección económica extra, que ha confirmado ahora el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía) con la concesión de una nueva partida idéntica a la anterior 5.828.709, que sitúan el global para subvenciones con que cuenta la región en 11,6 millones de euros. El plazo de vigencia para la presentación de las solicitudes se mantiene intacto: 31 de diciembre de 2023.

«Animamos a los riojanos a aprovechar esas subvenciones porque es una estrategia buena para el bolsillo, para el medio ambiente, para nuestra independencia energética y para luchar contra el cambio climático», destaca Álex Dorado, consejero de Sostenibilidad y Transición Ecológica, quien destaca que «el Ministerio en sus estimaciones de instalaciones de autoconsumo daba a La Rioja 49 megawatios de potencia para 2030, pero superaríamos ya con creces el año que viene a esas cifras si los proyectos ahora solicitados obtienen el visto bueno».

Con un interés imparable y creciente, la radiografía riojana reforzará el radical cambio iniciado hace ya tres años. «Se han multiplicado por seis las cifras que teníamos a principios de la legislatura, entonces en La Rioja había unas 90 instalaciones de autoconsumo y ahora son 600, un incremento gracias a los cambios normativos que han hecho los gobiernos de España y de La Rioja, como la eliminación del requisito de licencia de obra», se enorgullece Dorado que lamenta que «veníamos de un atasco importante y de una situación de parálisis heredada del Gobierno anterior, pero hemos logrado impulsarlo hasta alcanzar hoy esas 600 instalaciones de autoconsumo con entre 10 y 15 megawatios de potencia, lo que nos coloca en el 0,9% de las instalaciones en España cuando somos el 0,7% de la población total y el territorio».

El propio sector regional de las renovables comparte análisis y diagnóstico futuro. «En La Rioja estimamos que del año pasado a este se ha triplicado la demanda de solicitudes de instalaciones debido a varios factores: primero a que el precio de las placas solares ha bajado mucho en los últimos años, el precio de la luz está subiendo una barbaridad y por la apuesta de las autoridades europeas por las energías renovables vía subvenciones, porque cuanta más energía produzcamos en Europa menos tendremos que importar. A ello ha contribuido también el nuevo marco regulatorio, que no es el mejor del mundo pero que es mucho más razonable de lo que era hace cinco años», resume Jorge García, vicepresidente de Renovables de la AIER y director técnico de Ecotelia, quien no tiene dudas de que «todo eso ha supuesto la tormenta perfecta para el impulso de esta energía».

Con unas 200 empresas instaladoras asociadas a AIER, su vicepresidente de Renovables no olvida una reivindicación del sector destinada a las administraciones locales: «Entre las ventajas previstas figura que los ayuntamientos pueden apoyar este tipo de instalaciones con una reducción del IBI, pero aquí de momento solo han contemplado ese beneficio Logroño, Calahorra y Arnedo», recuerda García.

Desde Aresol, su director comercial, Diego Luezas, también coincide en que «la demanda se ha disparado, primero por la maduración de un mercado que empieza a existir como tal en 2018 de forma más dinámica y que se consolida en 2019. Además desde 2021 el precio de la energía y la llegada de las subvenciones hacen que se acelere muchísimo hasta crear una ola que, aunque volverá a su cauce, mantendrá una curva creciente en la medida que se una alternativa viable y económicamente razonable que evite gastarse un dinero adicional en el suministro convencional de la electricidad».

Por ámbitos, el experto resalta que «numéricamente la demanda ha crecido mucho más en doméstico, la demanda de estudios, no la ejecución, primero porque en los pisos y comunidades de propietarios los plazos de decisión se demoran muchísimo y son muy complejos; y segundo porque en residencial unifamiliar y adosados, el problema que hay en España es que muy poquitos vivimos ahí, hay un 30% de viviendas con tejado propio y, además, muchas de esas unifamiliares no son primeras viviendas».

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