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Un viejo adagio asegura que los incendios forestales se apagan en invierno. La limpieza de los montes en los meses más fríos del año resulta una tarea esencial para evitar que, en las épocas de calor y sequía, los chispazos prendan y las llamas se propaguen con facilidad. Hace algunos años, cuando los pueblos de la sierra estaban habitados y los pastores ocupaban laderas y cimas, los propios rebaños se ocupaban de realizar la benéfica labor de limpiar el monte. Ahora, sin embargo, la despoblación y el abandono de los usos ganaderos tradicionales ha provocado que sean las administraciones las que deban asumir una tarea esencial para evitar disgustos en temporada alta.
Para eliminar los «combustibles leñosos» que quedan en el monte, el Consejo de Gobierno acaba de autorizar un gasto de 770.000 euros para la convocatoria de subvenciones. «Con esta línea de ayudas –señala el Ejecutivo– se pretende evitar la acumulación de restos de poda, favorecer la discontinuidad de las formaciones de matorral debidas al abandono de los terrenos forestales y las labores de extinción de incendios forestales, así como establecer líneas de defensa en el entorno de las masas arboladas, evitando las quemas como método de eliminación de restos».
El consejero portavoz, Alfonso Domínguez, ha indicado que estas ayudas buscan «incentivar a los ayuntamientos para que colaboren en la selvicultura preventiva de incendios en todos los terrenos forestales de su municipio que no sean montes de utilidad pública y que, por lo tanto, no sean gestionados por la comunidad autónoma de La Rioja». Del monto total de la partida, el grueso, 670.000 euros, se destinará a los municipios, mientras que el resto (100.000) se destinará a las empresas particulares que asuman la realización de estos trabajos.
Domínguez ha destacado que dos terceras partes de la superficie de La Rioja son terreno forestal y, a su vez, el 40% del territorio es considerado Monte de Utilidad Pública. Estas subvenciones se dirigen al resto de superficies forestales, gestionadas o bien por municipios o por particulares
El Gobierno apunta que, para calcular el importe de las ayudas, «se tendrán en cuenta la leñosidad, la fracción de cabida cubierta y la altura del matorral». En función de estas variables se establecen tres categorías de densidad leñosa: alta, media y baja. Los precios por hectárea subvencionables se calculan en función de dicha densidad, así como de la modalidad del desbroce. «La convocatoria –añade el Ejecutivo– también incluye redacción de proyectos de desbroces para lo que se destinará un pago único: la trituración de material heterogéneo, sin limpiar y situado sobre el suelo en acumulaciones, así como el astillado de material leñoso, acopiado en depósitos o contenedores».
Los ayuntamientos y empresas interesados podrán presentar sus solicitudes a través de la oficina electrónica del Gobierno de La Rioja.
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