Capellán jura como noveno presidente de «una tierra en la que creo profundamente»

Y si es firma del carácter, el discurso cumplió con la imagen que Capellán tiene de sí mismo y que proyecta sin cesar en cada aparición pública: la de un hombre de la academia, un apasionado de la historia que llenó los siete folios de su intervención de referencias al pasado. De lo más remoto a lo más cercano, desde Gonzalo de Berceo hasta todos los concejales de la democracia y los presidentes que le han antecedido en el cargo. «Todas esas personas que han forjado nuestra historia moderna, edificando los sucesivos peldaños nos han permitido recorrer el camino hasta nuestro presente». «Ellos son», decía, «un ejemplo para mí, porque en la vida siempre hay que saber de dónde venimos para poder avanzar hacia dónde queremos ir».

Pero antes se preguntaba a sí mismo Capellán «por qué estoy aquí». Por qué decidió hace nada (de hombre alejado de la política a presidente de comunidad autónoma en ocho meses) «dar un giro sustancial a mi vida». «Acepté el reto porque creía que podía aportar algo al futuro de esta tierra, porque tenía la firme convicción de que podía liderar un proyecto para construir entre todos un futuro mejor para La Rioja».

Era el momento de los agradecimientos, «especialmente a mi familia y amigos», pero también a los colaboradores de su proyecto. Y a los votantes: «tanto a los riojanos que mayoritariamente nos han dado su confianza como a todos los que acudieron a las urnas para elegir libre y democráticamente a sus representantes y los proyectos políticos que consideraron mejor ajustados a su pensamiento y a sus ideas».

Repasó el jarrero sus orígenes, recordó su colegio, su instituto, el entonces Colegio Universitario. Y a sus padres y las posibilidades que tuvo: «La Rioja es un lugar de oportunidades donde el hijo de una ama de casa y de un humilde herrero sin estudios puede estudiar, formarse, salir fuera para enriquecer su currículum, alcanzar sus metas y decidir cómo y dónde quiere construir su proyecto de vida».

Y por ahí fue su compromiso principal, que recorrió el discurso: hacer de La Rioja una tierra de oportunidades. «El fin principal en esta etapa de mi vida es volcarme para contribuir a que esta tierra se convierta en el lugar donde cada familia, pequeños, jóvenes, adultos, mayores, puedan luchar por sus ilusiones y hacerlas realidad». «Más de una vez en distintos momentos y lugares de La Rioja he escuchado hablar de 'devolver a la tierra lo que la tierra nos ha dado'. A mí La Rioja me lo ha dado todo».

Era el momento del riojanismo en el discurso. «Como un artículo de fe, puedo proclamar aquí, ante todos ustedes, que creo firme y decididamente en esta región, porque en estos meses en los que he vuelto a recorrerla no ha dejado de sorprenderme».

«Me conocéis, sabéis el valor que doy a la palabra, lo aprendí en el seno de mi familia y lo reforcé en mi estudio de la historia», aseveraba. Y remachaba esa declaración de intenciones con una cita del pensador ilustrado Guillaume Thomas Raynal: «Cuando reina la buena fe, basta la palabra; cuando aquella falta, es inútil el juramento».

Capellán, que abrió y cerró con citas de Machado, dejó cinco puntos mas filosóficos que prácticos sobre los que, dice, se desarrollará su labor durante la presidencia que hoy echa a andar.

Primero, «una política indisociable de la ética». Segundo, «la credibilidad como restablecimiento social del respeto por la política». Tercero, una política «cercana» a los ciudadanos, «que escuche sus problemas y atienda a las necesidades». Porque esa sería, afirma, la manera de cerrar «la fisura abierta entre la sociedad y la política».

En cuarto lugar, el municipio «como corazón de la política regional». Y finalmente, «la defensa de los intereses de La Rioja y los riojanos como único norte que ilumine nuestro camino». Ahora toca, en fin, «descender desde estos principios a la acción, desde un programa político a un buen gobierno efectivo».

Se hace camino al andar, concluía machadianamente. El de Gonzalo Capellán de Miguel como presidente de La Rioja empezó ayer en San Millán.