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Ni la obligatoriedad de superar un certificado psicológico y físico, de formalizar un seguro de responsabilidad civil o de obtener otro documento que acredite la carencia de antecedentes penales, entre otros requisitos, han servido para reducir el censo de perros peligrosos (PPP ) de la región. ... De hecho, según el Registro de Identificación de Animales de Compañía de La Rioja (RIAC), facilitados por ApaRioja, en la comunidad hay 2.208 canes PPP (frente a los 2.163 de 2018).
Una cifra que, sin embargo, solo engloba a aquellos perros –de raza peligrosa y sus cruces– que están identificados con un microchip, por lo que se quedan fuera del listado (y del control de la Administración) todos los canes que no hayan sido dados de alta por sus propietarios. De ahí que, como expone Carmen Faulín, presidenta de ApaRioja, «posiblemente existan el triple de estos animales PPP, porque el 85% de los que se recogen no están identificados, cuando es obligatorio desde hace décadas». Un problema para el que, a su juicio, la Administración y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado «no le han dado la importancia que se merece».
Perros potencialmente peligrosos
Ocho razas de perros están
consideradas por ley como peligrosas
Akita Inu
62-67
cms
38-75
kg.
Tosa Inu
62-65
cms
40-65
kg.
Fila Brasileiro
60-75
cms
40-50
kg.
Rottweiler
55-68
cms
17-20
kg.
40-50
kg.
Pit Bull Terrier
45-60
cms
18-24
kg.
Dogo
Argentino
73-78
cms
42-54
kg.
American
Staffodshire
Terrier
50-57
cms
30-35
kg.
Staffordshire
Bull Terrier
46-51
cms
17-20
kg.
Perros potencialmente peligrosos
Ocho razas de perros están
consideradas por ley como peligrosas
Akita Inu
62-67
cms
38-75
kg.
Tosa Inu
62-65
cms
40-65
kg.
Fila Brasileiro
60-75
cms
40-50
kg.
Rottweiler
55-68
cms
17-20
kg.
40-50
kg.
Pit Bull Terrier
45-60
cms
18-24
kg.
Dogo
Argentino
73-78
cms
42-54
kg.
American
Staffodshire
Terrier
50-57
cms
30-35
kg.
Staffordshire
Bull Terrier
46-51
cms
17-20
kg.
Perros potencialmente peligrosos
Ocho razas de perros están consideradas por ley como peligrosas
Akita Inu
Pit Bull Terrier
62-67
cms
45-60
cms
38-75
kg.
18-24
kg.
Dogo
Argentino
Tosa Inu
62-65
cms
73-78
cms
40-65
kg.
42-54
kg.
Fila Brasileiro
American
Staffodshire
Terrier
60-75
cms
50-57
cms
40-50
kg.
30-35
kg.
Rottweiler
Staffordshire
Bull Terrier
55-68
cms
46-51
cms
17-20
kg.
40-50
kg.
17-20
kg.
La ordenanza municipal extiende la consideración de PPP a los canes que manifiesten un carácter «marcadamente agresivo», que hayan protagonizado agresiones a personas o animales o hayan sido registrados en un informe o denuncia.
En relación a estos perros, asegura que «la situación que percibimos y sufrimos es que, por lo general, el perfil del dueño que tiene estos animales es muy poco responsable, que no tiene una vida equilibrada, va sin licencia o lleva al perro sin microchip; de ahí que terminen en la calle. La normativa es restrictiva, pero sin inspección, sin el apoyo de la Administración, es muy difícil que se cumpla», lamenta. Todo depende de cada caso, si bien se parte de unos canes «a los que se les ha estigmatizado».
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«No son en absoluto problemáticos», asegura Faulín mientras recuerda que «son animales que por su musculatura y la fuerza de su mordida, pueden provocar daños importantes, pero esto también sucede con otros perros de diferentes razas». De ahí que «aunque pueden ser de un carácter buenísimo, por su potencial y características físicas, pueden llegar a resultar un peligro según en qué manos caigan», advierte. La educación, por tanto, resulta un factor fundamental. Porque, como explica Rosa López, empleada social y una de las fundadoras de Colaboración Animal, «todo depende de la educación de la persona que tiene al animal, porque un perro con una buena educación, con una persona que sepa tratarlo y llenar sus espacios, tanto físicos como mentales, no tiene por qué tener ningún problema», resalta.
En este sentido, Beatriz Martínez, presidenta de Animales Rioja, incide en que «los animales se hacen a imagen y semejanza de su cuidador o responsable». «Si partimos de la educación, no debería de ocurrir nada, porque son perros súper protectores y buenos», destaca mientras hace hincapié en que «no conozco PPP malos». «En cualquier animal en el que he visto agresividad, siempre ha estado el ser humano detrás». Por ello, considera esencial «ser responsables, cumplir con la normativa y tener en cuenta que requieren fuerza y que son desde el principio hasta el final, porque hay quienes suelen tenerlos para alardear y luego los abandonan».
De hecho, como ratifica López, «estos perros no los puede coger cualquiera, ya no por la raza en sí, sino porque físicamente son muy fuertes». Por eso, «hace falta saber cuáles son sus necesidades, porque bien cuidados son súper amorosos, una pasada». «Se les ha etiquetado por su corpulencia, cuando la culpa es de los responsables de los que los tenían hasta ahora porque no estaban cualificados para tenerlos», expone. De ahí la necesidad de que exista un mayor control «de quién coge un animal» de este tipo y de su cría «indiscriminada». «Son unos perros maravillosos, igual que todos los demás, pero es súper importante que la persona que lo tenga sepa lo que tiene, como su potencia y necesidades. Lo fundamental es la persona que está al lado, así evitaríamos accidentes como los que han ocurrido», insiste.
Desde el Colegio de Veterinarios de La Rioja, su presidente, Julián Somalo, apunta que la mayoría de estos canes «dependen del adiestramiento», por lo que «pueden ser perros perfectamente manejables y convivir con humanos, con una familia o incluso socializar cuando salen fuera». «La formación es fundamental para la tenencia de estos perros, aún sabiendo que cualquier accidente puede ser muy grave para las personas por sus características físicas». En este sentido, Jon David Carracedo, instructor del Centro Canino Dogwarts de Villamediana, aclara que aunque los PPP son potencialmente peligrosos «porque por su mandíbula o fisiología tienen un potencial de hacer un daño mayor, dentro de esta nomenclatura también entran canes que no pertenecen a estas razas que han tenido una reincidencia en ataques a otros perros o personas». Por ello, además de insistir en la necesidad de cumplir la normativa, los dueños «deben tener en cuenta que son perros que necesitan ejercicio diario y, sobre todo, estar criados de modo que no tengan miedos y sepan relacionarse con otros perros y personas de una manera sana, ya que nos evitará problemas en el futuro».
Mariela Somalo, abogada de Hecmar Rioja Asesores, critica el «vacío legal» que existe en torno a la Ley de Bienestar Animal, que a pesar de estar «incompleta, a falta de un desarrollo reglamentario, introduce un nuevo matiz para que los perros, en lugar de estar en una lista automática de razas peligrosas, tengan que ser examinados con un test de sociabilidad que se tiene que concretar». Sobre todo, porque «un animal no es un ser humano, no actúa con raciocinio, sino que se mueven por instintos, por lo que deberán de concretar unos criterios para que todo el mundo pueda saber ante qué nos enfrentamos cuando queramos tener una raza que se pueda considerar potencialmente peligrosa. Falta concreción jurídica», lamenta.
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