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Señal turística de entrada a Rioja Alavesa, en Labastida. J. RODRÍGUEZ
Rioja Alavesa se vuelve nacionalista

Rioja Alavesa se vuelve nacionalista

Giro de 180 grados. Los partidos independentistas, minoritarios en los años ochenta, se convierten en hegemónicos cuarenta años después

Pío García

Logroño

Lunes, 29 de abril 2024, 07:26

Algo ha pasado al otro lado del Ebro. A simple vista, todo parece igual: las viñas alineadas junto al río, los pueblecitos de piedra y ladrillo, los tractores resoplando por los caminos... A un caminante extranjero le costaría encontrar diferencias entre Baños de Ebro y Cenicero o entre Lapuebla y Fuenmayor. Los datos electorales, sin embargo, avisan de un cambio que parece sustancial. En las primeras elecciones autonómicas, celebradas el 9 de marzo de 1980, el voto nacionalista en los quince municipios de Rioja Alavesa no llegó al 30%. Solo el PNV exhibió algún músculo en pequeñas localidades. La UCD reinaba en las dos cabezas de la comarca (Laguardia y Oyón) y el PSOE era la fuerza más votada en Elciego y Samaniego. Herri Batasuna tenía una presencia fantasmal y solo lograba superar la barrera del 10% de los votos en Villabuena y en Samaniego.

Cuarenta años después, aunque el paisaje físico sigue siendo casi el mismo, el paisaje electoral ha mudado por completo. En las últimas elecciones autonómicas, celebradas el 21 de mayo, los partidos nacionalistas atraparon seis de cada diez sufragios en Rioja Alavesa. El PNV fue el partido más votado en diez municipios y Bildu ha plantado su bandera en tres, incluyendo Oyón, el más poblado. Solo el PP, que pinta de azul Laguardia, colorea un poco el mapa.

No ha sido un cambio brusco; con altibajos, la tendencia ha sido constante y se ha reforzado tras la desaparición de ETA. En el año 1980, la banda terrorista, cuyo brazo político era Herri Batasuna, mató a 98 personas. «Antes HB, por todo lo que significaba, no cazaba apenas votos aquí, pero Bildu se ha quitado ese estigma y se ve como alternativa», reflexiona Daniel García (PP), alcalde de Labastida. En su pueblo, Otxandiano ha sido el candidato más votado. «Es cierto que mucho voto joven ha ido hacia Bildu –señala–, pero eso no necesariamente ocurre en todas las citas electorales. En estas autonómicas sí ha pasado porque la gente apreciaba una necesidad de cambio en el Gobierno vasco; pero en las municipales no pasa eso y en las generales tampoco. Aquí se discrimina mucho entre unas elecciones y otras».

En cierto modo, Laguardia es el reverso de Labastida. El alcalde, Raúl García, es del PNV, aunque en las autonómicas el partido más votado –por los pelos– fue el PP. El resultado da idea de lo reñida que estuvo la competición: los populares se llevaron 248 votos, solo cinco más que el PNV y 32 más que Bildu. El voto nacionalista, sumado, también triunfa en Laguardia, feudo tradicional del PP. «Creo que lo que se busca es ver quién puede trabajar mejor desde las instituciones por Rioja Alavesa, quiénes tienen representación en los lugares decisivos. Eso explica el incremento de voto nacionalista», avanza el alcalde, Raúl García.

No se trata, por lo tanto, de que la pulsión independentista se haya desbocado al otro lado del Ebro: «Ese sentimiento independentista sí puede existir en una parte de la juventud, pero en la gente madura yo veo más el deseo de apostar por un estilo de gestión. Creo que la gestión importa más a la hora de decidir el voto», apunta. Y reconoce que un nacionalista de Rioja Alavesa no tiene mucho que ver con un nacionalista del Goierri: «Nuestros problemas son diferentes y a nosotros nos marca mucho la cercanía de Logroño, para lo bueno y para lo malo».

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