El encarecimiento récord de los alimentos empaña la moderación del IPC al 7,6%

El efecto 'calmante' de los precios de la luz y el gas (subieron el 4,3% en La Rioja en octubre, cuando hace un año lo hacían a un ritmo diez veces mayor) favoreció que el IPC general retrocediese por segundo mes consecutivo hasta situarse en el 7,6%, sólo tres décimas por encima de la media nacional. Eso sí, tal fue el encarecimiento energético en meses pasados (en marzo de este mismo año se superó el 75%), que su impacto ha contaminado al resto de la cesta de la compra, ya que prácticamente todos los productos en los que la descompone el INE se elaboran con energía.

Pero es que este alcance por contagio ha tensionado de forma especial a la alimentación, severamente afectada además por una sequía que trae de cabeza a los productores agrícolas y a los ganaderos. En global, rellenar las despensas y el frigoríficos de las familias riojanas se ha encarecido el 13,9% en los últimos doce meses. Es una subida récord, puesto que no hay otra similar desde 2002.

El único consuelo es que, en la comparativa con España y con otras autonomías, este repunte alcista es el más bajo del país. En el conjunto de España, la alimentación se ha encarecido el 15,8%, y Extremadura es la comunidad en la que lo ha hecho de forma más profunda, con una subida del IPC en este subgrupo del 17,9%. Según los datos detallados por el lNE, la subida anual del 15,8% anotada por el grupo de alimentación en España, un punto superior a la del mes pasado, es la más alta desde enero de 1994.

Así, algunos de los productos más cotidianos de las mesas de los hogares riojanos se han convertido en artículos 'gourmet' o de lujo. Son el caso del azúcar, que se ha encarecido en tasa interanual el 36,5%, del aceite (31,2%), los huevos (29,6%) y la leche (25,2%). Pero también destacan las subidas de precios de las legumbres y hortalizas frescas (21,8%), las patatas (20,6%), los cereales (17,9%) y el pan (15%). En el conjunto del país, y por artículos concretos, destacan los incrementos anuales que anotan alimentos como el azúcar (42,8%), las legumbres y hortalizas (25,7%), los huevos (25,5%), la leche (25%), el aceite (23,9%), los cereales y derivados (22,1%), las patatas (19,9%), el pollo (18,3%), el pan (14,9%) y la carne de vacuno (14,9%).

A diferencia del promedio nacional, en La Rioja sí hay un producto que sigue abaratándose en los últimos meses: la carne de ovino, cuyos precios descendieron en octubre en tasa interanual el 13,9%. Por el contrario, este tipo de carne se ha encarecido el 9,8% en España respecto a hace un año.

Que la inflación general todavía siga en niveles tan altos conlleva una importante pérdida de capacidad de compra para los riojanos. Y esto es así porque la subida salarial media pactada en La Rioja en lo que va de año es del 2%, según Caixabank. Son 5,6 puntos menos que lo que se ha encarecido la vida para los ciudadanos.En este sentido, CCOO reclamó ayer «contener los beneficios empresariales y mejorar los salarios para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, los que sustentan la economía de la región y de un país».