Niños que necesitan un hogar: La Rioja busca 30 familias de acogida

«Son menores que están perfectamente atendidos en nuestros recursos residenciales, pero nuestra prioridad es que puedan desarrollarse plenamente en una familia, que es lo que persigue la figura del acogimiento», explica Marta Gómez, directora general de Servicios Sociales, quien admite que «como ocurre en otras comunidades, aquí también nos faltan familias de acogida».

A día de hoy en La Rioja se contabilizan 89 menores en acogimiento familiar, 65 de ellos en familia extensa (con abuelos, tíos u otros parientes biológicos) y los 24 restantes en el seno de una familia ajena: 7 de entre 0 y 6 años, otros 13 de 7 a 14 y los cuatro restantes de 15 hasta los 18 años.

La figura del acogimiento se divide en tres modalidades: los de urgencia, porque se trata de ofrecer al menor un recurso familiar en vez de uno residencial, una figura pensada para niños de hasta 6 años y con una duración prevista de seis meses; los temporales, con, en principio, una periodo máximo de dos años; y el permanente o indefinido, habitual al concluir la medida anterior.

La región dispone hoy de un censo de 42 familias declaradas aptas para el acogimiento, pero solo seis de ellas en la modalidad de urgencia, de las que, además, solo quedan ahora cuatro disponibles porque las dos restantes ya tienen algún menor con ellas.

«Estamos promoviendo todas las modalidades de acogimiento, pero especialmente el de urgencia, y es precisamente en este en el que más familias precisaríamos, una treintena más, porque así daríamos cobertura a todos los pequeños de hasta seis años que tenemos en La Cometa, 10 en la actualidad de las 18 plazas existentes en el recurso», aclara la directora general, quien insiste en que «los menores son atendidos con todas las garantías en los centros dispuestos por Servicios Sociales, pero nuestra prioridad siempre es el acogimiento familiar porque es en ese ámbito en el que pueden desarrollarse de una forma integral y de la mejor manera posible. Por eso es nuestra prioridad siempre y el acogimiento residencial debe ser la última opción».

Para impulsar esta figura y ayudar a las familias a soportar el coste de la crianza –en España se estima en casi 700 euros mensuales– el Ejecutivo regional ha incrementado en los últimos años las partidas destinadas a las subvenciones, que en la actualidad ascienden a 415 euros mensuales por niño (518 si el menor tiene una discapacidad superior al 33%) y un suplemento de 312 euros al mes si el pequeño precisa de tratamiento psicológico (415 en caso de terapia familiar).

Junto al llamamiento a la colaboración y a la solidaridad, Marta Gómez recuerda que «cualquier familia se puede convertir en acogedora», sea monoparental, una pareja de mujeres o de hombres, familias con hijos o sin ellos. El proceso es tan sencillo como presentar la solicitud en Servicios Sociales, ser citado a una entrevista informativa y tras un proceso de revisión y ser declarado completar un curso formativo.

De la gestión del programa de acogimiento en familia ajena del Ejecutivo regional se encarga en la comunidad Cruz Roja, entidad desde la que se lanza el mismo mensaje en favor del altruismo.

«Sí que necesitamos más familias, desde luego», asevera Marta Angulo, psicóloga y coordinadora en la organización de ayuda humanitaria de este programa en la comunidad, quien aclara que «este proceso precisa de más familias que niños acogidos en centro residencial, porque el procedimiento no es, como mucha gente se cree, que el primer niño de las lista va con la primera familia de acogimiento. Aquí lo que se hace es un emparejamiento siempre en beneficio del niño; es decir, buscamos a la mejor familia para ese niño concreto; no al revés, porque obviamente la familia no puede elegir raza, etnia o género, aunque sí pueden ofrecerse para niños en determinados rangos de edad, tipo de acogimiento, grupos de hermanos o no, si están dispuestos a acoger a niños con discapacidad o necesidades especiales o no...».

Excepto de la valoración de idoneidad de las familias, competencia exclusiva en la actualidad de Servicios Sociales, Cruz Roja se encarga de todo lo que tiene que ver con el acogimiento en familia ajena. «Hacemos acciones de difusión, sensibilización y captación; las entrevistas informativas y la formación inicial de diez horas. Además, durante todo el acogimiento nos encargamos también del acompañamiento y el seguimiento de cada caso y de organizar los contactos de los niños con los familiares biológicos, las tutorías escolares… Un acompañamiento en todo el proceso», resume Marta Angulo, que insiste en su llamamiento al apoyo de los riojanos a un modelo que, recuerda, además de «ser muy enriquecedor, porque no hay nada mejor que ayudar a un niño cuando más lo necesita, es un mecanismo que facilita romper ese círculo en el que se suelen ver atrapadas muchas personas que no han crecido y se han desarrollado en una familia y que luego no son tan capaces de cuidar a sus hijos».