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Los efectos económicos que dejó la pandemia no solamente no han desaparecido para muchos riojanos, sino que incluso siguen agravándose según ilustra la estadística de Condiciones de Vida. El número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado hasta una tasa de ... 21,8%, cinco puntos más que antes de la pandemia y con unas cifras que no se veían desde la salida de la gran crisis de 2008 ligada al estallido de la burbuja inmobiliaria, si bien entonces los efectos fueron aún más sensibles.
El aumento de los datos riojanos va en la línea de los nacionales, que también vivieron en 2023 un repunte después de que el último ejercicio se moderasen. Vuelve a subir en España, del 26% al 26,5%. La Rioja, del 20,9% al 21,8%, la tasa de pobreza o exclusión social, que en los últimos años ha modificado su metodología para adaptarse a los estándares europeos. Ahora, integra tres baremos para ofrecer un marco más amplio a la vulnerabilidad: riesgo de pobreza, carencia material y social severa y vivir en hogares con baja intensidad en el empleo.
No todos los estándares aumentaron el pasado año, siendo especialmente significativo el número de riojanos que se encontraban en situación de carencia material y social severa. Para estar integrados en esta denominación deben estar incluidos en siete de las trece categorías analizadas. Por ejemplo, el 27,3% de los hogares declaraba no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos, una de las mayores cifras desde que existe esta estadística. Además, el 27,1% no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año; el 16,7% tiene problemas para mantener su vivienda a una temperatura adecuada; y el 9,1% ha tenido retrasos en el pago de conceptos relacionados con su vivienda.
Con todo, un 39,9% de los hogares riojanos asume dificultades para llegar a final de mes, frente al 36,7% del año anterior. El encarecimiento de los alquileres, de los tipos de interés, la inflación agudizada en la cesta de la compra o el precio de la energía son cuestiones que han incidido en esta problemática. Solamente el 7,5% de los hogares riojanos reconocía llegar a fin de mes con mucha facilidad.
La única mejora con respecto al pasado año llega en las personas que viven en un hogar con baja intensidad de trabajo, que han trabajado menos del un 20% de su potencial laboral. En 2023 solamente representaban un 4,8%, frente al 6,2% de 2022.
El mayor porcentaje de los apartados que integran este análisis de la vulnerabilidad pertenece a las familias en riesgo de pobreza, que el pasado año se situaba en 16,9%. Este apartado, basado en los recursos económicos de los hogares y medidor de la desigualdad, considera a alguien en riesgo de pobreza cuando cuenta con ingresos inferiores a 10.990 euros (el 60% de la mediana de los ingresos anuales por unidad de consumo) y en los hogares de dos adultos y dos niños, en los 23.078.
En líneas generales, La Rioja es la séptima comunidad con menor riesgo de pobreza o exclusión social, en la que contrasta el 15,5% del País Vasco con el 37,5% de Andalucía.
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