C. N.
logroño.
Viernes, 19 de mayo 2023, 02:00
Para Teresa Cascudo, la Defensora del Universitario en la Universidad de La Rioja, no hay un solo por qué en el acusado repunte de revocaciones de becas. «El sistema de becas está inmerso en tal cantidad de factores, algunos sobrevenidos, como fue la pandemia, y ... otros estructurales, que es muy difícil a partir de un único número llegar a una conclusión más allá de las obviedades», señala.
Publicidad
El curso 2020-2021 fue muy complicado para todo el estudiantado porque «se les exigió contrariar todo aquello que es lo esperable e incluso natural a los 18, 19 y 20 años», de ahí que aunque el número de devoluciones «es el más alto de la serie histórica, es comprensible, porque las condiciones en las que les obligamos a estudiar eran terribles y porque lo que les pedimos fue contrariar la naturaleza», apunta.
No obstante, también ese año fue el que más becas se concedieron y las que hubo que devolver están por debajo del 10%, una tasa razonable «para lo que vivieron los estudiantes, que tuvieron que hacer un esfuerzo considerable», especialmente, detalla, aquellos con menos recursos. «Sin duda esta es una cuestión que no podemos dejar de tomar en consideración». Básicamente, abunda, porque «la crisis post pandemia les castigó más a ellos que a otros que tienen casas mayores, cuarto para ellos u ordenadores para cada uno».
La devolución de las becas no ha sido un tema recurrente por el que los universitarios hayan acudido a la Defensora del Universitario. En esta institución se ha repetido la situación de estudiantes que no tienen la manera de demostrar que reúnen la renta mínima exigida para obtener una beca. También se han dado casos de mujeres estudiantes de origen pakistaní que sufren presiones familiares de las que no pueden escapar y, finalmente, renuncian a la vida universitaria.
Publicidad
En cualquier caso, precisa la Defensora del Univesitario, «el beneficio de este tipo de becas está más que demostrado. El riesgo de perder la subvención está compensado por la cantidad de personas a las que se les facilita el acceso a la universidad que, en última instancia, redunda en beneficio de todos». Todo pese a que, en opinión de Cascudo, poner en funcionamiento un sistema de becas que verdaderamente consiga los objetivos de proporcionar el acceso a la universidad a clases sociales que históricamente han estado alejadas de este nivel educativo es muy difícil.
En la comparativa con países de la UE, de acuerdo con los datos que maneja, España es uno de los que tienen las matrículas más caras, hay menos becados y «el filtro que se hace en la enseñanza previa hace que las clases con menos poder adquisitivo casi ni se planteen llegar a la universidad». A ello se suma que ni siquiera hay un sistema unitario en este país. En función de la comunidad el número de becas se puede duplicar. En La Rioja, por ejemplo, la renta de uno cada cinco estudiantes está en el umbral para acceder a una beca, pero en Extremadura esta cifra se duplica.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.